"Se declara el estado de emergencia en el sistema carcelario a fin de movilizar todos los recursos humanos y económicos necesarios para restablecer el orden", dijo Lasso en una conferencia de prensa.
En la noche del 21 de julio se registró un sangriento motín en la cárcel de la provincia de Cotopaxi (centro) que dejó 13 fallecidos, mientras que un enfrentamiento entre bandas causó ocho prisioneros muertos en la Penitenciaría del Litoral, en la ciudad de Guayaquil (oeste).
Decenas de reclusos que se habían fugado tras los motines fueron recapturados al día siguiente.
El mandatario agregó que el actual gobierno, que asumió en mayo, tendrá mano dura para situaciones similares, de las que responsabilizó a mafias.
"A las mafias que pretenden amedrentar a este país, se equivocan. Se equivocan si creen que este gobierno va a actuar con la misma tibieza que los anteriores. Se equivocan si creen que nos va a temblar la mano (...) Vamos a usar todo el poder de la ley para imponer el Estado de Derecho y garantizar la paz y los derechos humanos", afirmó.
La violencia en los centros penitenciarios de Ecuador se viene manifestando desde hace varios años, tanto por problemas entre bandas delictivas que intentan tomar el control de las cárceles, como por problemas estructurales y de presupuesto que no han sido enfrentados por los sucesivos gobiernos.
En abril pasado, enfrentamientos en cuatro cárceles de Guayaquil, Cuenca (sur) y Latacunga dejaron 80 reos muertos y una veintena de heridos.