España

"Es una maldición nacer junto a Doñana": la sequía rompe el equilibrio entre naturaleza y hombre

No llueve, Andalucía avanza hacia la sequía y saltan las alarmas en la cuenca del Guadalquivir. Las reservas hídricas están en su peor momento en el último cuarto de siglo y surgen voces que alertan sobre el modelo de explotación agrícola que pone en riesgo la joya de la corona, el Parque Nacional de Doñana.
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La mayor reserva ecológica de Europa y principal punto de paso para las aves migratorias del continente se está secando. Las marismas de Doñana padecen la falta de agua paulatina que la cuenca del Guadalquivir, la tercera en importancia de España, viene padeciendo.
Pero no todo es cuestión del cielo y las aguas que no caen. La acción del hombre tiene mucho que ver. Las inmediaciones de Doñana están marcadas por una ingente actividad turística en la costa y por enormes extensiones de cultivos de regadío en el interior.
En toda España las reservas hídricas están a la mitad de su capacidad, pero en la mitad sur, la situación es más crítica. La cuenca del Guadalquivir integra a todas las provincias andaluzas, pero también a Ciudad Real, Albacete y Badajoz. El gobierno alerta de que su capacidad está al 34%.
Las reservas hídricas en España
Desde la gran sequía de 1995, que enseñó a la fuerza sobre la importancia de la eficiencia hídrica, no se había visto un escenario similar. "Estamos padeciendo una sequía a cámara lenta, hace 10 años que no tenemos un año húmedo pero sí muchos secos" —con un 20% por debajo de la media de precipitaciones—, detalla a Sputnik Juanjo Carmona, técnico de WWF en Doñana.
Lo perverso de la dinámica que podemos englobar en el cambio climático es que las medias interanuales que nos sirven de referencia también van bajando, un año seco actual es mucho más seco que hace unas décadas. La Confederación confirma el descenso de las precipitaciones y aportaciones en las últimas décadas de hasta un 14% y el aumento de medio grado de las temperaturas.

Un modelo en cuestión

El hecho de que Doñana esté rodeada por cultivos de regadío es el otro factor que cierne sombras en la sostenibilidad del Parque. La situación es tal, que el propio Tribunal de Justicia Europea ha dado un toque de atención a las administraciones.
Ni el gobierno español ni la Junta de Andalucía han llegado a tiempo a las medidas que Europa venía exigiendo. Hace más de una década, el movimiento ambientalista, con Juanjo Carmona a la cabeza, alertaba sobre el robo de agua a marismas, humedales y al bosque mediterráneo de la provincia de Huelva.
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La sentencia del Tribunal, que responde a la petición de la Comisión Europea en 2019, hace referencia a la falta de medidas contra los pozos ilegales que abastecen los cultivos —sobre todo de fresas— del entorno, pero también de los núcleos turísticos cercanos. "Esta extracción rebasa la recarga de agua subterránea en determinadas áreas, de modo que en esos lugares el nivel de las aguas subterráneas lleva descendiendo desde hace muchos años".

"Nos quedaremos sin parque nacional"

"Hoy por hoy sigue sin cumplirse nada, se han tomado algunas medidas que desde WWF habíamos recomendado hace décadas, solo ahora la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se ha comprometido a sellar y trasladar los pozos ilegales, ¡35 años después de que lo exigiéramos!", detalla Carmona.
La acción del hombre en las últimas décadas está ligada al debilitamiento hídrico de las marismas y los humedales de la reserva. Las desviaciones en los años 70 de cuencas como la del Guadiamar —que era una de las fuentes básicas para la Doñana— y la extensión de cultivos de regadío, son el motivo.
"Vivimos una burbuja del regadío, incluso en sectores tradicionales de secano, como el olivar —que se abastece de las aguas del Guadalquivir río arriba— cuentan ahora con riego. En este contexto, si no llueve, nos quedaremos sin Doñana", alerta Carmona.
Según los cálculos de WWF, hay más de 1.000 pozos ilegales y más de 1.600 hectáreas agrícolas fuera de control. Además, el abastecimiento hídrico de ríos y arroyos descendió un 80%. Hoy, el 70% del Parque se mantiene solo con agua de unas precipitaciones cada vez más escasas.

No llueve a gusto de nadie

Pero tampoco podemos decir que los agricultores estén nadando en la abundancia. La falta de agua está descosiendo las costuras de miles de hectáreas, tanto de olivar, como de arroceros o frutos rojos en invernaderos.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CGH), la entidad reguladora de la cuenca, estableció una dotación máxima de 3.000 hectómetros cúbicos por hectárea para riego. No es suficiente para los agricultores, sobre todo en las regiones del bajo Guadalquivir, que piden más agua, ya que aún hay margen para llegar a decretar el estado de sequía.
"Los que vivimos y conocemos el campo de verdad, sabemos que estos periodos de falta de lluvias son normales aquí", relativiza Antonio Ruesga, vicepresidente de la Asociación de Agricultores del Condado de Huelva.
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La superficie de frutos rojos cultivada en la provincia de Huelva viene superando las 11.000 hectáreas en los últimos años, Huelva exporta el 76% de las fresas españolas, lo que le sirvió para generar más de 1.100 millones de euros. La fresa es el único argumento económico para gran parte de la provincia.
Pero la paradoja de los regantes del Condado, ubicados en la llamada corona norte de Doñana, es que la vecindad con la gran reserva natural de Europa les está obligando a trasladarse. Lucena del Puerto es un ejemplo, con más de 700 hectáreas de regadío, los agricultores padecen las limitaciones que apareja convivir con Doñana. "Muchos de nuestros vecinos han trasladado sus explotaciones a otras zonas donde no hay tantas limitaciones al regadío. Pero si nuestros pueblos desaparecen, si Lucena se queda vacía, eso sí será un verdadero problema para Doñana", sentencia el agricultor.
Según la Asociación de Agricultores del Condado, la media de las explotaciones agrarias es de menos de 10 hectáreas y cada agricultor emplea directamente unas 60 ó 70 personas. "Los frutos rojos exigen mucha dedicación, hace falta mano de obra e industria auxiliar, si desaparecemos nosotros, desaparecerá el pueblo", advierte Ruesga.
Sputnik ha contactado con la Junta de Andalucía para saber con qué medidas responderán a la presión de la Comisión Europea y el TJUE para frenar el expolio de agua y ante las limitaciones que impone el marco de sequía a largo plazo. Lamentablemente, no ha habido respuesta. La falta de medidas la comparten con este periodista tanto agricultores como ecologistas, "solo usan lo de la revolución verde como eslogan, me temo que no harán nada", opina Carmona.
Andalucía debe gestionar un equilibrio imposible con dos poderosos navíos, Doñana y la industria agraria, yendo a la deriva sobre un río cada vez más seco. Europa vigila y nadie quiere quedarse varado. Toca rezar para que llueva.
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