España

"Los dos merecemos trabajar": menos del 5% de los hombres pide la reducción de la jornada en España

Las peticiones de reducción de jornada laboral son firmadas en su mayoría por mujeres. Los hombres solicitantes son una ínfima parte. Tras este dato, los roles de género o la brecha salarial.
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Cruzar un parque en día laborable es un reflejo de la sociedad actual. En horas que se presuponen lectivas o de oficina, los niños más pequeños protagonizan los espacios verdes. Corren por el césped y juegan en los toboganes. Al lado, por norma general, la madre del infante. Ver a un hombre acompañando a su hijo en horario matutino resulta un fenómeno extraño. Las mujeres son las encargadas de vigilancia del menor en los columpios o de pasear bajo la copa de los árboles. En apariencia, una sencilla imagen. En el fondo, una revelación sociológica.
El 22% de las mujeres pierden su trabajo al ser madres. Es una de las conclusiones de la encuesta Las Invisibles, elaborada por el Club Malasmadres. Según este estudio, el 11% de las más de 94.000 entrevistadas dejó su empleo al no poder compatibilizarlo con la crianza. Un 6% fue despedido y al otro 6% no le renovaron el contrato. Además, señala que solo el 16% de las madres españolas cuentan con una jornada laboral intensiva durante todo el año. Un dato que encaja con el informe II Observatorio sobre igualdad, presentado por Adecco Group Institute en junio de 2021. Este apunta a que en el 82% de las empresas incluidas en la investigación menos del 5% de las peticiones de reducción de horas de trabajo las cursan varones. El resto son solicitadas por mujeres.
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Víctor formaría parte de ese 5%. Programador de profesión, él es una de las rara avis que muestran las encuestas. "Soy padre de una niña de casi 5 años. Tras un tiempo de empleo intermitente, mi mujer se reactivará en septiembre como profesora de instituto. Empezará a trabajar, probablemente a media jornada o tres tercios. La idea es que yo también pillase la reducción para repartirnos de forma equitativa las tareas de la casa y los cuidados de la niña", explica el hombre a Sputnik Mundo.
Su intención es comenzar en septiembre con una reducción del 20% de tiempo de trabajo. No obstante, este porcentaje variaría a consecuencia de las horas de clases que le impongan a su mujer en el centro educativo. Su horario lo sabrá con el inicio del curso escolar. "Por ley, el mínimo exigido es un 10% menos y el máximo es un 80%. Cuando mi mujer sepa que tipo de jornada tiene, yo mantendré o reduciré mi tiempo laboral. Si tiene un 75%, yo recortaré a la mitad mis horas de trabajo. Si es media jornada, quitaré un 20%", asegura Víctor. El salario se equiparará de manera proporcional al nuevo horario.
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La legislación ampara a los padres de cualquier hijo menor de 12 años para solicitar la reducción de jornada, indistintamente del sexo. Víctor envió la petición el 21 de junio y espera la respuesta definitiva de la empresa. Sin embargo, ya cuenta con el visto bueno del director de Recursos Humanos y su jefe de sección. "Es un derecho que tenemos tanto hombres como mujeres. La ley es exactamente la misma. Solo te lo pueden negar si lo reclaman a la vez marido y mujer y ambos trabajan en la misma corporación. O, incluso, si hay mucha gente demandándola", señala el programador.
Durante los primeros años de vida de su hija, el grueso de cuidados recayó sobre la mujer de Víctor. "Los dos primeros años de alimentación se basaban en la leche materna. Pensó que la mejor opción era quedarse en casa", rememora. Pasado el tiempo y con una nueva oferta laboral, la pareja no lo ha dudado. "Ahora que ya no hay impedimento biológico, no hay motivo para que pase más tiempo con la madre que con el padre. Tampoco que se cargue todas las tareas de crianza de un hijo. No hay razón", continúa.

"Venimos de una situación en la que mi mujer trabajaba puntualmente. Ahora tiene una oferta para trabajar todo el curso. Los dos merecemos la oportunidad de trabajar y desarrollarnos profesionalmente. La reducción de jornada nos pareció lo más lógico. Ya que la ley lo permite aprovechémoslo".

Víctor
Solicitante de la reducción de jornada

El peso de los roles de género

Víctor es uno de los pocos formularios de reducción de la jornada laboral firmados por un hombre en España. Cuando su pareja y él optaron por esta posibilidad, los conocidos a los que se les comunicaban la decisión quedaban asombrados. "Sí, la gente se sorprendía. No para mal, lo entendían. Simplemente que la mayoría no sabía que el padre pudiese solicitarlo", confiesa el programador.
Más allá del desconocimiento, los roles tradicionales de género y la división sexual del trabajo imperan en el elevado porcentaje de mujeres que recortan sus horas de empleo y el pequeño número de hombres que recurren a esta medida. "Históricamente, el varón tiene el deber de proveer económicamente al hogar. Por el contrario, la mujer es la encargada de las tareas doméstico-familiares. Incluso, cuando comienza a introducirse en el mundo laboral su papel es secundario y siempre combinado con el cuidado del hogar", resalta a Sputnik Mundo Maite Egoscozabal, socióloga del Club Malasmadres y la asociación Yo No Renuncio, organizaciones dedicadas a analizar mediante encuestas asuntos como la maternidad, la conciliación o la corresponsabilidad.
Egoscozabal apunta a que la mujer se ha incorporado más o menos al mercado laboral en la actualidad. Sin embargo, la situación en el hogar no ha cambiado tanto en los últimos años.

"La sociedad sigue imponiendo los cuidados a la mujer. La cantidad de horas que ocupa el trabajo productivo en la sociedad moderna hace imposible que este se pueda compaginar con el familiar sin una reducción de jornada. Especialmente, si hablamos de las madres. Se da por supuesto que son ellas las que tienen que dejar o mermar el tiempo dedicado a su profesión para cuidar a los hijos o encargarse del hogar".

Maite Egoscozabal
Socióloga
En el caso de los hombres, sucede lo contrario. "Los roles de género marcan que ellos son los que traen el dinero a casa. La idea está clavada en el pensamiento. Motivo por el que huyen de cualquier solución que implique una reducción de salario", añade. Precisamente, la brecha salarial potencia que sean ellas las que prefieran trabajar menos. "Recibimos muchos mensajes de mujeres que decían que como su marido cobraba más, ellas se centraban en el hogar", revela Egoscozabal. Un pensamiento que incurre en jornadas partidas o puestos de menor responsabilidad. A su vez, esto incide en la propia brecha salarial, numerada en un 19,5% de diferencia entre el salario anual de un hombre y el de una mujer, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). "Es la pescadilla que se muerde la cola", lamenta la socióloga.
Para igualar el número de hombres y mujeres que alteran su jornada laboral, la experta apuesta por la adaptación del día de trabajo. "Permitir al empleado organizarse sin perder horas y salario ni las penaliza a ellas ni incita a ellos a utilizar el argumento de la bajada de sueldo. Creo es un paso hacia la igualdad", defiende. Aboga también por el teletrabajo sin rigidez horario, la equiparación entre sexos de la paga y la no penalización de jornal a aquellas personas que tienen la responsabilidad de cuidar.
Además, hay que acabar con la idea que las tareas del hogar tienen rostro de mujer. "Mediante una encuesta, observamos que, aunque ella gane más que él, el reparto de obligaciones domésticas perjudica a la mujer. En muchas ocasiones, la madre es la que carga con el peso de la casa, independientemente del ser ella que más aporte a la economía familiar", destaca Egocozabal. En 2020, según datos de Adecco, la mayoría de solicitudes para el Plan Me Cuida, nacido para flexibilizar la jornada laboral con la misión ejercer cuidados sobre cercanos, eran enviadas por mujeres. En el 16% de las empresas encuestadas alcanzaban el 90% de los impresos. Durante la pandemia, el 70% empresas registró que sus trabajadoras asumieron las labores hogareñas en su totalidad.
"Si no contamos con medidas que corrijan este sesgo, la mujer seguirá renunciando a su carrera profesional", sentencia la socióloga. No es dejar de ver a mujeres en los parques. Sino localizar a más hombres. De la mano de sus hijos y cerca de un tobogán.
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