"Las temperaturas en el Mediterráneo suben un 20% más rápido en comparación con la media mundial y se estima que su nivel crecerá en más de un metro para 2100, con lo cual se está convirtiendo en el mar que se calienta más rápido y es el más salado del planeta", destaca WWF.
Según observa la organización medioambientalista, las nuevas condiciones climáticas cambian la fauna del Mediterráneo, en el cual están presentes ya casi 1.000 especies marinas ajenas que sustituyen a las endémicas.
Por ejemplo, "en las aguas israelíes los moluscos nativos disminuyeron en casi un 90%, mientras una especie invasiva como el pez conejo ya constituye el 80% de las capturas en Turquía y Chipre y animales meridionales como barracudas y meros oscuros se hicieron comunes en las aguas septentrionales de Liguria".
Además, el cambio del clima puso en peligro el fitoplancton, los corales, los crustáceos y los moluscos que proveen hábitats para muchas otras especies y, además, absorben de manera natural el carbono.
En conclusión, el WWF "insta a los líderes mundiales y mediterráneos a garantizar que este año se acuerden medidas y mecanismos financieros más eficaces para proteger la biodiversidad y el clima".