En Río de Janeiro, la protesta recorrió la céntrica avenida Presidente Vargas y reunió a miles de participantes en un clima festivo y sin incidentes. Es la primera vez que se registran protestas numerosas contra Bolsonaro. Hasta ahora, había ciertas reticencias por el miedo a causar aglomeraciones.
En la marcha se podían leer algunas frases, que se hicieron populares en las recientas marchas en Colombia, como: "Si un pueblo protesta en medio de la pandemia es porque su Gobierno es más peligroso que el virus".
También hubo alusiones al aumento de la pobreza y el hambre ("Cementerios llenos, neveras vacías") y gritos a favor del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), además de un enorme muñeco hinchable con su figura.
Además de Río de Janeiro, hubo manifestaciones en Brasilia, São Paulo, Recife, Salvador o Belo Horizonte, entre otras ciudades.
En general, las manifestaciones transcurrieron de forma pacífica, excepto en Recife (la capital del estado de Pernambuco, noreste), donde agentes de la Policía Militar dispersaron a los manifestantes disparando pelotas de goma y lanzando bombas de gas lacrimógeno.