Se trata del Monumento Blanco de Siria, considerado el monumento de guerra más antiguo. Según los investigadores, hace unos 4.400 años en este lugar los habitantes de Mesopotamia enterraban a sus soldados caídos, entre los que había incluso niños.
Según el estudio publicado en la revista Antiquity, este monumento fue erigido en al menos tres etapas por el ser humano en tiempos de Mesopotamia y aunque existen teorías de que se utilizaba como una antigua fosa común de guerreros enemigos, los arqueólogos comprobaron que el Monumento Blanco es un monumento a los soldados del ejército muertos desde el tercer milenio antes de Cristo.
Llegaron a esta conclusión tras analizar la colocación sistemática de los restos donde observaron que los soldados fueron enterrados junto con burros que tiraban de carros de combate y equipo militar.
"Los antiguos honraban a los muertos en batalla, igual que nosotros hoy", subrayó la autora principal del estudio, Anne Porter, de la Universidad de Toronto.
La última parte del túmulo se formó con fragmentos de cuerpos traídos de otro lugar para volver a enterrarlos. Se les enterraba de una forma que enfatizaba la función del fallecido en la batalla.
Gran parte de Tell Banat, donde está ubicado el monumento, quedó sumergida por la construcción de la presa de Tishrin a finales de la década de 1990 y según Porter, algunos restos del monumento llegaron a ser dañados por ISIS (organización prohibida en Rusia y otros países).