El 3 de mayo se cumplieron 14 años de la desaparición de Madeleine McCann. En 2007, la niña, días antes de su cuarto cumpleaños, se esfumó de su cuarto del apartamento en el que veraneaba junto a sus padres y hermanos en la localidad portuguesa de Praia da Luz. Este se convirtió en uno de los casos más mediáticos de los últimos tiempos. Se dudó de la actuación policial en su momento, incluso de la inocencia de los progenitores. Mientras, aparecían testigos que decían haber visto a la joven con vida. Sin embargo, poco a poco la investigación ha arrojado luz sobre el asunto.
El pasado verano, las autoridades alemanas señalaron a Christian Brueckner, un delincuente sexual conocido por la justicia, como principal sospecho de la desaparición de Madeleine. Ahora, según publica el diario británico The Mirror, el fiscal Hans Christian Wolters asegura que los oficiales creen que la pequeña fue asesinada en Portugal y jamás salió del país. Así, se descartaría la teoría de que el acusado pudiese trasladar el cuerpo de la menor desde Praia da Luz hasta Alemania para esconderlo.
Wolters dice que existen "pruebas concretas" que probarán que Brueckner secuestró y acabó con la vida de Madeleine. No obstante, siempre se ha negado a revelar detalles sobre el caso. Eso sí, afirma que murió en el país luso. "La mataron en Portugal. Soy optimista de que resolveremos este caso", señala. Hay que recordar que la Policía alemana parte de la teoría de que la niña está muerta. Difieren de sus colegas británicos que consideran que simplemente está desaparecida.
Mientras, Brueckner, de 44 años, cumple una condena de siete años de prisión por la violación de una mujer estadounidense de 72 años en el Algarve en 2005. En su historial se acumulan delitos contra la propiedad, robo en hoteles o tenencia de drogas. También de índole sexual, varios contra menores. Es más, se le está investigando por la desaparición de otra niña, la alemana Inga. La pequeña, de cinco años, fue vista por última vez en el bosque por el que paseaba junto a sus padres. La furgoneta de Brueckner estaba aparcada a 90 kilómetros del lugar.
Su abogado insiste en que su cliente no tiene nada que ver con la desaparición de la niña británica. Katie y Gerry, padres de Madeleine, prefieren no hacer conjeturas. Días atrás celebraban el que hubiese sido el decimoctavo cumpleaños de su hija. Reiteraron que no descansarán hasta que sepan que pasó con ella.