Durante su comparecencia en la comisión del Senado que investiga posibles delitos durante la gestión de la pandemia, Murillo explicó que el 14 de agosto se hizo "la primera oferta, que era una oferta vinculante".
Se ofreció al Gobierno la posibilidad de comprar, o bien un lote de 30 millones de dosis, o bien otro de 70 millones; en los dos casos se contemplaba la posibilidad de entregar 500.000 dosis de la vacuna antes de que terminara 2020.
Después de esa primera reunión, hubo otras dos (los días 18 y 26 de agosto), sin que el Gobierno manifestara interés, hasta que el noviembre la farmacéutica hizo un nuevo contacto actualizando la propuesta y ofreciendo de nuevo 70 millones de dosis.
Murillo también explicó que entre agosto y noviembre la empresa intentó contactar, sin éxito, con el Gobierno, y citó una carta enviada en septiembre por el CEO global de Pfizer.
La misiva fue dirigida al presidente Jair Bolsonaro, con copia al vicepresidente Antonio Hamilton Mourão, así como al entonces ministro de la Casa Civil, Walter Braga Netto; al ministro de Economía, Paulo Guedes, y al embajador de Brasil en EEUU, Nestor Foster.
El representante de Pfizer también comentó que en todos estos meses sólo conversó con el entonces ministro de Salud, Eduardo Pazuello, en dos ocasiones; en noviembre (cuando la farmacéutica estaba reforzando que había hecho una oferta) y a finales de diciembre.
Murillo aseguró que los principales obstáculos en la negociación tuvieron que ver con la logística del transporte de las vacunas, ya que el Ministerio de Salud "estaba preocupado" con el hecho de que la vacuna de Pfizer necesitase estar almacenada en refrigeradores más potentes, a 70 grados bajo cero.
No obstante, el representante de la empresa detalló que en el mes de octubre se presentó al Gobierno la caja de embalaje que el propio laboratorio había desarrollado para facilitar el transporte de la vacuna, pero aun así hubo reticencias.
Otros puntos que frenaban el acuerdo de compra eran que el Gobierno quería el visto bueno previo de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) y "una autorización legislativa específica" para atender a las condiciones contractuales que se estaban negociando.
Finalmente, el Gobierno brasileño firmó el contrato con Pfizer en marzo de este año, para recibir 100 millones de dosis, y está a punto de firmar un segundo contrato para recibir otros 100 millones a finales de este año.
Las primeras vacunas de Pfizer llegaron a Brasil el 29 de abril, pero podrían haber llegado en diciembre del año pasado; la tardanza del Ejecutivo en comprar vacunas contra el covid-19 es uno de los puntos centrales de la comisión del Senado que investiga los posibles delitos, por omisión o negligencia, durante la gestión de la crisis sanitaria.