Las grandes fosas, cañones, cimas, terrazas y cuevas de los montes marinos de la Dorsal de Nasca, los llamados Andes submarinos de Perú, son hábitat de diversas especies acuáticas, como la tortuga boba, los tiburones, las orcas y la ballena azul, algunas de ellas en peligro.
Allí también habitan al menos 12 especies que el Gobierno peruano calificó de "importancia comercial": la pota, perico, bonito, jurel, tiburón azul, pez espada, atún aleta amarilla y caballa, entre otras.
Luego de años de campaña de organizaciones ambientalistas para que se creara la Reserva Nacional Dorsal de Nasca y resguardar la vida de la cordillera submarina de origen volcánico, en 2019 el Gobierno de Martín Vizcarra (2018-2020) anunció que elaboraría un proyecto de decreto para hacerlo.
El área protegida prevista en el proyecto es casi tan grande como el departamento de Arequipa (sur): 63.000 kilómetros cuadrados, equivalentes a 7,3% del territorio marítimo peruano. Se trata del área protegida más grande del país.
Pero la creación de la Reserva Nacional de la Dorsal de Nasca según el proyecto de Vizcarra, prohibía la pesca en profundidad, cuestión que toca directamente los intereses de las pesqueras y rubros asociados, quienes se han manifestado en contra porque advierten que perderán trabajo.
Al año, Perú exporta unos 3.000 millones de dólares en harina de pescado, aceite y pescado congelado y en conserva tiene la tercera industria más grande del mundo, después de China e Indonesia. Según la revista The Economist, en total, mantiene unos 700.000 puestos de trabajo.
Además, vale recordar que el pescado y el marisco frescos son la base de la gastronomía peruana, una de las más prestigiosas y diversas del mundo.
Los cambios que pondrían en peligro a la cordillera submarina
Sagasti, que asumió la presidencia en noviembre de 2020 en medio de una profunda crisis política, no había anunciado cambios en el proyecto. Pero a mediados de marzo de 2021, el Gobierno hizo público el texto y las organizaciones ambientalistas hallaron que se había introducido un cambio que, según dicen, destruiría la cordillera submarina.
En el actual proyecto, el artículo 5 estipula que en el primer kilómetro por debajo de la superficie, se permite la pesca comercial, y se prohíbe por debajo, con una excepción: la pesca de merluza negra, más conocido como bacalao. Todo esto, según la organización ambientalista Oceana Perú, para beneficiar a cinco embarcaciones de menor escala que cuentan con un permiso de pesca vigente.
Tras darse a conocer el cambio, las organizaciones ambientalistas denunciaron la modificación introducida a último minuto, y enviaron una carta al presidente para solicitar que elimine la disposición y "salve de la pesca destructiva" a la cordillera submarina.
¿Por qué la Dorsal de Nasca está en peligro?
Las organizaciones alegan que la forma de pesca del bacalao sería un problema para el área protegida, porque no es selectiva, lo que implica que también se pesquen otros peces. Además, durante la pesca se podría arrastrar vegetación del fondo del mar. Las organizaciones aseguran que la prohibición parcial de la pesca no logrará que las poblaciones de peces se regeneren y aumenten, y que es más fácil lograr los objetivos del decreto si todos los barcos están prohibidos.
"Hoy, el presidente Sagasti se encuentra en un momento crucial. Esta es su oportunidad para definir su gran legado ambiental", señaló el miembro del Consejo de la organización ambiental internacional Oceana, César Gaviria, expresidente de Colombia y exsecretario general de la Organización de los Estados Americanos, según publicó Actualidad Ambiental.
"Él tiene la oportunidad de corregir este error y proteger la abundancia mundialmente reconocida del mar peruano, del cual dependen tantos peruanos para su subsistencia. De lo contrario, los intereses particulares de una pequeña pesquería prevalecerán sobre los intereses del pueblo peruano", agregó Gaviria.
Oceana también lanzó una petición al Gobierno para preservar el proyecto original de la Reserva, que logró 10.000 firmas de apoyo ciudadano y a finales de abril fue entregado al Ejecutivo.
Sin embargo, además de los padecimientos propios de la pandemia, Perú sufre una inestabilidad política que probablemente no se resolverá cuando en julio Sagasti abandone la presidencia para ser sucedido por la derechista Keiko Fujimori o el izquierdista Pedro Castillo, según quién resulte ganador de la segunda vuelta de las elecciones previstas para junio. El futuro de la Reserva Nacional de la Dorsal de Nasca, aún es incierto.