La piedra fue movida unos 2,3 metros hacia el territorio francés. Este insólito hecho fue descubierto por un aficionado a la historia que estaba dando un paseo por el bosque y se percató de la alteración de la frontera.
El hecho se hizo viral en las redes sociales hasta llegar a las autoridades de ambos países, según publica BBC.
"Aumentó el territorio de Bélgica y disminuyó el de Francia. Es una buena idea", bromeó el alcalde de la comuna fronteriza belga de Erquelinnes, David Lavaux, añadiendo que este tipo de incidentes solían provocar peleas incluso entre propietarios.
La parte belga aseguró que pedirá al agricultor que retire la piedra. De no ser así, el caso podría llegar hasta el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país y tendrían que convocar a una comisión de demarcación franco-belga que no funciona desde 1930.
En caso de que el agricultor se niegue a devolver la piedra a su lugar inicial, se podría abrir un proceso penal contra él.
La frontera entre Francia y Bélgica se delimitó oficialmente en 1820, cinco años después de la derrota de Napoleón en Waterloo, mediante un tratado. La piedra se colocó en 1819 cuando se demarcó la frontera por primera vez.