Desde su llegada a la Casa Blanca, el mandatario envió al Congreso un proyecto de ley para una reforma migratoria integral que pusiera fin a lo que consideró una "agotadora guerra", con énfasis en Centroamérica.
En su discurso del Estado de la Unión el miércoles, en la víspera de cumplir los 100 días, Biden abogó además por encontrar una solución para la mayoría de los 11 millones de migrantes que sobreviven hace años en EEUU, sin más certeza que la incertidumbre y el miedo a ser deportados.
Por eso decidió retomar una iniciativa rechazada por el Capitolio en la administración de Barack Obama (2008-2016), que busca atender las causas que empujan a muchos a jugarse la vida por llegar a EEUU.
"Al menos aprobemos lo que estamos de acuerdo", emplazó Biden, en alusión a los llamados "dreamers" (hijos de indocumentados nacidos en EEUU), los trabajadores agrícolas y los beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS, siglas en inglés).
Tal enfoque rompe con la política de "mano dura" y "tolerancia cero" impulsada por su antecesor, Donald Trump, y quizás motivó el reciente incremento en el flujo de quienes persiguen el "American dream".
De hecho, tan solo en marzo fueron detenidos en la frontera con México unos 172.000 migrantes, entre ellos casi 19.000 menores de edad.
Kamala a cargo
Otra muestra de la importancia que le concede Biden a la región es la designación de su vicepresidenta, Kamala Harris, para atender el tema migratorio con Centroamérica, con énfasis en el llamado Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras).
En una reciente reunión virtual con el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, Harris anunció que Washington enviará 310 millones de dólares en ayuda humanitaria a Centroamérica para atender las causas de la migración irregular.
"EEUU planea aumentar la ayuda a la región, fortalecer nuestra cooperación para gestionar la migración de una manera eficaz, segura y humana", aseguró la funcionaria, quien apunta en especial a la pobreza, la violencia, la corrupción y la discriminación.
23 de abril 2021, 23:49 GMT
Además, Biden nombró como su enviado especial para el Triángulo Norte a Ricardo Zúñiga, un diplomático de origen hondureño que jugó un role clave en el acercamiento entre EEUU y Cuba, y que servirá de mediador entre la Casa Blanca y la región.
Zúñiga visitó en marzo pasado Guatemala y El Salvador, para cerciorarse de que los 4.000 millones de dólares propuestos por la administración Biden para la región serán canalizados de manera adecuada en Estados drenados por la corrupción.
EEUU aspira a revitalizar en Guatemala y Honduras mecanismos internacionales para enfrentar la corrupción, y ya entregó un apoyo de 2 millones de dólares a una entidad similar en El Salvador.
Para ello también se quiere fortalecer la independencia de la sociedad civil ante unos Estados que suelen atacar su labor fiscalizadora.
Además, Washington suspendió en febrero sendos acuerdos para que Guatemala, El Salvador y Honduras -países cuya propia población huye de sus circunstancias- recibieran a los miles de solicitantes de asilo que llegan cada año a Estados Unidos.
Reacciones diversas
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se ha pronunciado en varias oportunidades en contra del término "Triángulo Norte", que mete en un mismo saco a tres países con realidades similares, pero no idénticas.
De hecho, Zúñiga fue recibido por Giammattei, pero Bukele le hizo un desplante, y ni siquiera se molestó en ir a Honduras, cuyo presidente, Juan Orlando Hernández, es señalado en una corte de New York como presunto receptor de dinero del narcotráfico.
Aún así, la intención de Washington es re-inyectar los fondos que recortó Trump, y que afectaron, por ejemplo, proyectos de seguridad alimentaria en Guatemala y a ONG"s de Honduras.
A su vez, antes de negarse a recibir a Zúñiga, Bukele protagonizó varios encontronazos en redes sociales con legisladores demócratas, lo cual le valió un pronunciamiento del Caucus Hispano del Congreso.
"Mucha gente de la que se mofó Bukele ahora lideran comisiones que deciden sobre cooperación y fondos para el desarrollo, o sea, es un terreno que el presidente ha perdido", comentó a Sputnik el diplomático salvadoreño Rubén Zamora.
Combate a la trata humana
Si bien la apuesta de Biden potencia la prevención sobre la represión, igual anunció a finales de abril el lanzamiento de la "Operación Centinela" contra redes trasnacionales de tráfico de migrantes, para proteger sus fronteras y a potenciales víctimas.
En dicho despliegue participan agencias migratorias y aduanales del Departamento de Seguridad Nacional, así como agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y la Administración para el Control de Drogas (DEA).
La meta es capturar a los "coyotes" (traficantes), responsables de agresiones sexuales, trata de personas y abandono de niños pequeños y mujeres sin agua ni comida en lugares remotos y de clima extremo.