"Todo lo que le pido a mi querido Cristo, es que bendiga estas calles que hoy recorre y las cubra con su manto para que detenga esta mortandad, este sufrimiento, no deseo ver a nadie más morir por falta de oxígeno", dijo a Sputnik Victoria Pérez, de 63 años, con lágrimas en los ojos, mientras la caravana circulaba por el oeste de la capital.
Desde 1969, el Nazareno, el Cristo moreno, como le llaman los caraqueños, recorre las calles de la ciudad, partiendo desde la Basílica de Santa Teresa en el oeste de Caracas.
Todo comenzó cuando una epidemia de peste negra azotó la ciudad, y según relatan los libros católicos, la figura sagrada curó a los enfermos durante una procesión realizada el miércoles santo.
A raíz de este suceso, cada año, numerosos venezolanos de diferentes regiones del país visten trajes morados y acuden a las iglesias de su comunidad con orquídeas y otras flores del mismo color, para rendirle homenaje y en ocasiones pagar promesas por algún milagro concedido.
"Yo tenía cáncer y el Nazareno me lo curó, yo le pedí por mi salvación y la protección de mi familia y me lo cumplió, pase lo que pase yo estoy aquí cada año", agregó Romina Cervantes, de 49 años, que caminaba con los pies descalzos detrás de la imagen de Jesús con la cruz a cuestas.
Promesas
Ir con una bata o franela morada, los pies descalzos o caminar de rodillas, son algunas formas en las que los venezolanos cumplen sus promesas.
En esta ocasión, debido a la pandemia por COVID-19, las tradicionales misas fueron sustituidas por un recorrido del Cristo en un vehículo denominado como el "Papa Móvil", que se mantuvo rodeado de un cordón de funcionarios policiales, seguido por motorizados y vehículos de los devotos.
En los hospitales, el personal médico y de enfermería se congregó en las capillas con distanciamiento social para pedir por su salud y la de los pacientes.
"En esta fase del año en la que volvemos a impregnarnos de tanta fe hacia nuestra religión, es un tiempo de renovación, de fortalecer lo que se construye todo el año; en medio de la pandemia este es un renacer y nos cargamos de fe para seguir adelante, para seguir con fortaleza y para poder seguir salvando vidas", señaló Maurilina Guzmán, directora del Hospital Doctor Domingo Luciani, ubicado en el estado de Miranda (norte).
24 de marzo 2021, 16:45 GMT
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