Los últimos años de vida, José María Íñigo los pasó luchando para intentar demostrar que el cáncer de pulmón que sufría era una enfermedad profesional causada por el amianto que recubría los estudios de RTVE. Tras su muerte, la familia continuó con el proceso de demanda. Ahora, a casi dos meses del tercer aniversario del fallecimiento de Íñigo, la Justicia les da la razón.
Una sentencia del Juzgado de lo Social número 2 de Madrid acredita que en los estudios de RTVE había amianto, un material que se utilizó como acondicionamiento acústico, y que al deteriorarse liberaba fibras a las que estaban expuestos tanto los presentadores, como el resto de los trabajadores, invitados e incluso el público invitado. La esposa de Íñigo recibirá una pensión de viudedad por la enfermedad profesional que sufrió el periodista bilbaíno.
Según han explicado sus abogados "prueba de la exposición al amianto que sufrió José María Íñigo es que en el año 2016 se le diagnostica mesotelioma maligno epitelioide, enfermedad que puede estar latente entre 20 y 40 años desde que se inició la exposición, habiendo sido esta normalmente intensa".
Pero el caso de Íñigo no es el único en RTVE. La corporación lleva años intentando sacar de su sede el amianto, demoliendo y reconstruyendo varios edificios. Sin embargo, un informe de una consultora de seguridad constató que el amianto seguía estando en techos, paredes, aislamientos y conductos de climatización.
9 de septiembre 2020, 12:50 GMT
Para los defensores legales de la familia de Íñigo, "esta sentencia es favorable para los afectados por el amianto, que no solo tienen que luchar contra los efectos de las enfermedades que dicho material cancerígeno provoca, sino contra las dificultades que supone su prueba en los tribunales".
Los trabajadores del Metro de Madrid también han tenido que emprender una ardua lucha para que se reconozca a las víctimas del amianto y se saque de sus instalaciones este material cancerígeno.