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Tribunal de París declara a Nicolas Sarkozy culpable de corrupción y tráfico de influencias

PARÍS (Sputnik) — Un tribunal de París condenó al expresidente francés Nicolás Sarkozy a tres años de prisión, dos de ellos en libertad condicional, convirtiéndolo en el primer exlíder de Francia que cumplirá una condena real.
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La corte declaró a Sarkozy culpable de corrupción y tráfico de influencias en el marco del llamado caso de escuchas telefónicas.
Se precisa que el mandatario abandonó el edificio del tribunal sin hacer ningún comentario.
La esposa de Sarkozy, Carla Bruni, escribió en su cuenta de Instagram que "la batalla continuará, la verdad se restablecerá".
Por su parte, la abogada del expresidente francés, Jacqueline Laffont, calificó de indignante e infundada la decisión de la corte, añadiendo que Sarkozy no la reconocerá.
"Prepararemos una apelación en contra de esta decisión", dijo a la prensa.
A principios de diciembre la Fiscalía de Francia pidió para Sarkozy una condena de cuatro años de cárcel, dos de ellos en pena suspendida.
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La sombra de Sarkozy
El segundo acusado, su abogado Thierry Herzog, y el tercero, el juez Gilbert Azibert, deben recibir la misma condena.
Al expresidente de Francia se le imputaban intentos de obtener ilegalmente en 2014 información sobre una investigación en su contra de un magistrado.
Sarkozy y Herzog son sospechosos de haber prometido a Azibert un trabajo en Mónaco a cambio de cierta información sobre la investigación de la presunta financiación ilegal en 2007 de la campaña presidencial del exlíder galo.
Como señalan los medios franceses, en el marco de la investigación del caso sobre la financiación de la campaña presidencial, en septiembre de 2013 los investigadores pincharon los teléfonos oficiales de Sarkozy.
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A principios de 2014, los investigadores descubrieron que el político se estaba comunicando con su abogado Herzog mediante teléfonos celulares registrados con nombres ficticios.
Aunque Azibert no recibió ningún puesto de trabajo en Mónaco y se retiró en 2014, los encargados de la investigación consideran que el trato ofrecido ya constituye un delito penal.
Sarkozy rechaza los cargos presentados en su contra.
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