A finales de enero, al presidente de EEUU, Joe Biden, y al primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, les enviaron unas cartas en las que se les pedía que levantasen las restricciones impuestas a Siria. Estas misivas fueron firmadas por más de 90 personas, incluidos académicos, representantes de organizaciones religiosas y humanitarias, exembajadores del Reino Unido, Alemania, Túnez, Francia y Siria. Entre los firmantes se encuentra un miembro actual de la Cámara de los Lores del Parlamento británico.
En una de estas cartas "se afirma explícitamente" que existe "un consenso de que esta forma de castigo colectivo a los civiles, como las sanciones, está llevando a Siria a un desastre humanitario sin precedentes", declaró el diplomático ruso.
Además, destacó que la población siria es la primera en ser golpeada por las sanciones. Los sirios necesitan acceder a los servicios de salud y la educación, restaurar la infraestructura destruida en los combates que se desencadenaron en el país tras la agresión del terrorismo internacional.
Desde marzo de 2011, Siria vive un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas. La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná (antiguo nombre de la capital kazaja, hoy Nur-Sultán), copatrocinada por Rusia, Turquía e Irán.