"El Reino Unido apoya la respuesta de EEUU a las milicias que atacan las bases de la coalición en un intento de desestabilizar la región", tuiteó Raab, quien agregó que "reconocemos la amenaza de las milicias y compartimos el objetivo de EEUU de trabajar con los socios para la distensión".
El Pentágono reveló el 25 de febrero que, por una orden del presidente Joe Biden, las fuerzas de EEUU llevaron a cabo ataques aéreos contra la infraestructura utilizada por las milicias proiraníes en el este de Siria, en respuesta a los recientes ataques contra militares estadounidenses y aliados en Irak, y a las continuas amenazas a ese personal.
Según el Departamento de Defensa, se destruyeron múltiples instalaciones ubicadas en un punto de control fronterizo utilizado por varios grupos militantes respaldados por Irán, incluidos Kait'ib Hizbulá (KH) y Kait'ib Sayyid al-Shuhada (KSS).
El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo que el ataque aéreo se realizó de una manera deliberada que tiene como objetivo reducir la situación general en el este de Siria e Irak.
El 15 de febrero, una docena de cohetes alcanzaron la base aérea de Erbil en el Kurdistán iraquí, matando a un contratista civil e hiriendo a otras nueve personas; según los informes, un grupo militante chií se atribuyó la responsabilidad del ataque.