"Informaron a nuestros militares con cuatro o cinco minutos de antelación", dijo Lavrov en una rueda de prensa al finalizar negociaciones con su par afgano, Mohammad Hanif Atmar, en Moscú.
El canciller ruso destacó que, aunque está en vigor el acuerdo sobre prevención de choques accidentales entre las tropas rusas y estadounidenses, "una notificación de este tipo no sirve para nada cuando el ataque ya está en marcha".
Recordó que EEUU está en el territorio de Siria de forma ilegal y viola así el derecho internacional, incluida la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el asentamiento sirio.
Además, Lavrov indicó que, al parecer, EEUU no va a retirarse nunca de Siria.
"Últimamente oímos diferentes informaciones de varias fuentes —pero no podemos confirmarlas y queremos preguntar directamente a la parte estadounidense— que presuntamente han decidido no salir nunca de Siria, o incluso destruir el país", dijo.
Lavrov añadió que los militares rusos y estadounidenses mantienen la comunicación para evitar enfrentamientos "pero es muy importante restablecer los contactos político-diplomáticos" y expresó la esperanza de que la Administración de Joe Biden forme los equipos pertinentes en breve.
El Pentágono reveló el 25 de febrero que, por una orden del presidente Joe Biden, las fuerzas de EEUU llevaron a cabo ataques aéreos contra la infraestructura utilizada por las milicias proiraníes en el este de Siria. El bombardeo fue lanzado en respuesta a los recientes ataques contra militares estadounidenses y aliados en Irak, y a las continuas amenazas a ese personal.
Según el Departamento de Defensa de EEUU, se destruyeron múltiples instalaciones ubicadas en un punto de control fronterizo utilizado por varios grupos militantes respaldados por Irán, incluidos Kait'ib Hizbulá (KH) y Kait'ib Sayyid al-Shuhada (KSS). Un funcionario estadounidense citado por el diario The Washington Post supuso que el bombardeo pudo haber causado varios muertos.
El 15 de febrero, una docena de cohetes alcanzaron la base aérea de Erbil en el Kurdistán iraquí, matando a un contratista civil e hiriendo a otras nueve personas; según los informes, un grupo militante chií se atribuyó la responsabilidad del ataque.