El 25 de septiembre de 1987 Jhonatan fue robado por un hombre conocido por su familia, del patio de su casa en el barrio Minuto de Dios, en Bogotá. Tenía tres años y jugaba en el jardín con Alfonso, su hermano de siete años, mientras Juan, su hermano de cinco, los miraba por la ventana. El hombre, colega de su padrastro, se acercó a Jhonatan y le dijo que lo acompañara a comprar dulces, así que caminaron hacia la esquina, y desaparecieron.
Esa fue la última vez que su madre lo vio de niño, porque 32 años después y luego de una incansable búsqueda, se reencontró con él en el mismo patio del que fue robado. El periódico colombiano El Tiempo entrevistó a ambos, y recreó su historia.
Así fue la vida de Jhonatan en Noruega, tras ser robado en Bogotá
Jhonatan no recuerda cómo fue su infancia con su familia biológica, de niño sólo tiene en la memoria a tres niños del orfanato, el día que estaba con su familia adoptiva en el parque en Ibagué (a 240 kilómetros al oeste de Bogotá), y la primera noche con ella. "Recuerdo que llegaron en la noche; yo tenía mucho miedo, estaba en una habitación listo para dormir y apagaron la luz. Eso es todo lo que recuerdo", dijo a El Tiempo.
Tampoco recuerda con exactitud cuánto tiempo estuvo en el hospicio, pero sí sabe que la información que le dieron allí es errónea: "en el orfanato dijeron que estuve allí como dos años. Pero eso no es posible porque mi familia en Colombia tiene fotos mías de cuando yo tenía como tres años; en el orfanato dijeron que me encontraron en la calle cuando tenía alrededor de un año. En realidad, yo fui robado en septiembre y me adoptaron en noviembre", aclaró.
Cuenta que sus padres adoptivos lo acogieron porque en ese momento era "común hacer adopciones en Colombia", y tenían una hija y querían más hijos, pero no podían tenerlos. Aunque reconoce que creció "con mucho amor, porque era como un niño especial al ser adoptado", también recuerda que se "sentía diferente porque no era el hijo biológico". "Siempre sentí que ellos tenían más amor por ella [su hija] y era más parecida a ellos. Yo tenía una personalidad muy distinta", reflexionó.
Jhonatan creció en una finca sin animales en Stadlandet, una pequeña península en el oeste de Noruega, que describe como "un lugar muy tranquilo", y siempre supo que era adoptado, —y colombiano—.
"Me decían que era muy exótico, y que bailaba muy bien porque era de Colombia. Por eso me sentía tan diferente, aunque yo quería ser noruego, como los otros niños", contó a El Tiempo.
Desde niño fue "muy juicioso en la escuela", lo que le permitió tener muchas oportunidades educativas y laborales. Jhonatan es abogado, y asegura que pese a que en Noruega "tenía todo lo que necesitaba", siempre "sentía ese vacío, quería saber de mi familia y descubrir por qué yo era así". Jhonatan tenía muchas preguntas.
"Cuando tenía entre 18 y 20 años estaba pensando mucho sobre mi familia y empezó esa curiosidad, pero no hice mucho en ese momento porque estaba ocupado con mis estudios, y trabajando. Pero cuando tenía 30 años sentí que necesitaba hacer algo", dijo a El Tiempo.
El encuentro con su familia biológica en Bogotá
El 7 de enero de 2020, Jhonatan volvió a Colombia. Era la segunda vez que viajaba al país, pero la primera que lo esperaban con globos y un cartel que decía: "te extrañé mucho hijo mío. Bienvenido a casa. Te amo".
"Fue un gran espectáculo. Llegué a mi casa en una chiva [bus abierto] donde había una alfombra roja, música y estaba toda mi familia. Yo estaba muy sorprendido, fue muy lindo. Fue un poco raro verla [a su madre] porque ella era una mujer extraña, pero tenía mucho amor por mí. Me sentí un poco incómodo", recuerda.
Ahora Jhonatan se siente "superfeliz" y con "mucha gratitud con mi hermano Juan, quien con su persistencia me encontró. Porque yo hice mi parte, pero era necesario que alguien hiciera la otra parte. Él nunca perdió su fe. Y estoy agradecido con mi familia, que me celebró el cumpleaños aquí en Colombia y recibí una torta por cada año que perdimos", dijo a El Tiempo.
Después del reencuentro, "todo cambió". Jhonatan cuenta que estaba viviendo una vida en Noruega con muchos privilegios y pensaba que ese era el "mundo normal", pero se percató que en realidad el mundo "es muy diferente". Volverá a Noruega en abril, pero asegura que su "sueño" es trabajar en algo que le permita estar en Colombia algunos meses del año.
¿Cómo logró dar con su familia?
Cuando cumplió 30 años se hizo una prueba de ADN para buscar a su familia biológica, sin éxito. A los 34 años se hizo una nueva prueba, pero esa vez fue para conocer su salud; con esa prueba podía tener información de las enfermedades que tenía riesgo de padecer por genética, y si los resultados eran similares a los de otra persona que se haya hecho la prueba en la misma agencia, se recibe la información de quién. Así dio con Juan.
"Estaba en shock y dije: ‘¡No puede ser, no es verdad!’. También estaba un poco escéptico porque no sabía quién era él, pero me mandó fotos mías y de mis hermanos, y somos muy parecidos, ahí supe que sí era mi familia. Me sentí tan feliz, pero en shock al mismo tiempo", contó.
Su hermano llegó a Noruega para sorprenderlo. "Él estaba muy emocional y yo no sabía cómo sentirme porque ellos siempre supieron sobre mí, pero yo no sabía de ellos. Eran muchos sentimientos para procesar. Y luego nos fuimos juntos a Colombia". Así se reencontró con su familia.
A quienes deseen encontrar a sus padres biológicos Jhonatan les tiene un consejo:
"Yo tengo una historia muy linda porque encontré una familia muy cariñosa, a quienes les hacía mucha falta, pero no es el caso de todos. Así que no busquen sus raíces si no están listos para encontrar cualquier cosa, porque tal vez no es una alfombra roja con música y globos. Pero si tienen ese deseo, nunca pierdan su fe, y estén listos para encontrar cualquier cosa".