La propuesta, que ya contaba con el visto bueno del Senado, fue aprobada por 339 votos a 114, y ahora los parlamentarios están votando alegaciones al texto, informó en su web la Cámara de Diputados.
El nombramiento del presidente del Banco Central y su equipo seguiría en manos del Poder Ejecutivo, pero se produciría en el tercer año de la legislatura, ya en la recta final del mandato presidencial.
De estar manera, se quiere blindar al órgano de presiones políticas, pero la oposición alega que se corre el riego de que un presidente elegido en las urnas no pueda llevar a cabo el programa económico votado democráticamente.
El Banco Central define la política monetaria del país a través de los tipos de interés, y el Gobierno espera que al darle autonomía sea guiado únicamente por criterios técnicos para luchar contra la inflación y cuidar de la estabilidad del sistema financiero.