Este proyecto conjunto podría significar la reducción del dominio del dólar en el intercambio internacional, así como la pérdida de más de 20 billones de dólares de préstamos baratos para Estados Unidos por parte del resto del mundo, piensa el economista estadounidense David Goldman.
Actualmente, el país norteamericano puede vivir con un déficit presupuestario de aproximadamente una quinta parte de su producto interno bruto (PIB), un nivel generalmente asociado con los países en vías de desarrollo que están al borde de la hiperinflación, porque el resto del mundo tiene reservas en moneda extranjera y saldos de transacciones que equivalen al PIB de EEUU por un año entero.
China ya es el mayor exportador del mundo y se convertirá en la mayor economía mundial en términos de dólares antes de finales de la década 2020-2030, afirma el experto en su artículo para el medio Asia Times. Aún no se sabe cuándo la moneda china asumirá un estatus mundial acorde con su posición económica y el papel del dólar, en cambio, se desvanezca al igual que la libra esterlina lo hizo anteriormente. Esta situación implicaría un ajuste doloroso para la economía estadounidense, que depende mucho de los préstamos extranjeros, opina Goldman.
Esta nueva compañía conjunta es la primera alianza oficial entre SWIFT y el Banco Central de China. El renminbi chino representa solo un 2% de las transacciones en el sistema global de transferencias monetarias internacionales de hoy, por lo que el sistema financiero de China está lejos de asumir un papel de reserva, y los chinos tampoco lo quieren, asevera el economista.
De momento, los objetivos de esta empresa son modestos, ya que tiene solo 10 millones de euros como capital, de los cuales un 55% es aportado por SWIFT y un 34% proviene del Centro Nacional de Compensación de China (CNCC), la entidad creada por el Banco Popular de China como una alternativa a SWIFT después de que la Administración del expresidente de EEUU, Donald Trump, se haya planteado excluir las instituciones chinas del sistema global.
El Sistema de Pagos Interbancario Internacional (CIPS, por sus siglas en inglés) y la empresa Settlement Ltd, relacionada con la CNCC, poseen un 5% de capital, mientras el Instituto de Investigación de Monedas Digitales del Banco Popular de China un 3%.
Las monedas digitales podrían reducir drásticamente los costos de transacciones para el comercio internacional al tiempo que mejoran su seguridad. La tecnología de blockchain (cadena de bloques) permite un seguimiento de mercancías desde la fábrica hasta el almacén, el puerto y el contenedor para enviar bienes, así como garantizar entregas justo a tiempo junto con pagos oportunos, enfatiza el experto.
Actualmente, los importadores de mercancías tienen que mantener billones de dólares en sus cuentas bancarias como avales para sus pedidos internacionales. De hecho, según el Banco de Pagos Internacionales (BPI, por sus siglas en inglés), de todos los avales para los pagos transfronterizos, 16 billones corresponden al dólar.
Respecto a la vulnerabilidad de EEUU, Goldman señala que alrededor de 8 billones de dólares de bonos del Tesoro de Estados Unidos se encuentran fuera del país, la mayoría de ellos están en manos de los bancos centrales extranjeros como reservas. Junto con los saldos de las transacciones en el sistema bancario, las tenencias totales en dólares extranjeros ascienden a más de 22 billones de dólares, lo que equivale al PIB del país norteamericano por más de un año entero, enfatiza.
La dependencia de Estados Unidos de los préstamos extranjeros, que son posibles gracias al papel de reserva del dólar, ha aumentado considerablemente en relación con el tamaño de su economía nacional, de un 20% del PIB aproximadamente en 1978 a un 110% del PIB actual.
Mientras tanto, el mundo sigue usando el dólar porque las alternativas son limitadas. Hace poco el euro superó al dólar como moneda preferida en los pagos internacionales, según los datos publicados por SWIFT. Es probable que este hecho se deba a que la Administración de Trump pensó en excluir a China de los pagos en dólares e imponer sanciones contra los bancos europeos que no siguieron la línea estadounidense en sus actividades con Irán, señala el economista.
Los depósitos del renminbi en China permanecen sujetos a los controles cambiarios y, además, existe solo una convertibilidad limitada entre el continente y los mercados financieros mundiales. Mientras tanto, los dólares estadounidenses pueden transferirse a cualquier lugar, se usan para comprar cualquier instrumento financiero y se intercambian por cualquier otra moneda. Además, la Reserva Federal demostró estar lista para apoyar al sistema financiero en tiempos de indecisión, por ejemplo, después de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre del 2008 o la crisis del COVID-19 a finales de febrero del 2020, enfatiza el economista.
El yuan digital, con todas sus ventajas potenciales de la tecnología blockchain, aún sigue siendo un experimento que se limita a un pequeño número de consumidores chinos. Así que China requeriría muchos años para tomar unas medidas adecuadas orientadas a garantizar unos mercados de capitales más libres y acabar poco a poco con los controles cambiarios para hacer del renminbi un instrumento de reserva viable, afirma Goldman.
De hecho, China no requiere las ventajas de una moneda de reserva, como una gran cantidad de préstamos baratos del resto del mundo, explica el experto. Este gigante asiático dependió en su momento de los créditos y, así, evitó la Gran Recesión de 2008-2009, pero ahora está tratando de reducir el apalancamiento en su sistema financiero.
Además, para convertirse en una moneda de reserva el país emisor tiene que tener un déficit en su cuenta corriente. Para que el resto del mundo tenga acceso a su divisa, ese país debe prestarla, lo que significa que su cuenta corriente pasa a ser negativa. El superávit por cuenta corriente de China se ha reducido notablemente en relación con el PIB, y su intento por aumentar el consumo implica una mayor disminución, pero es un proceso lento, apunta el especialista.
El yuan digital, sin embargo, podría modificar las reglas de la banca internacional, piensa Goldman. Debido a que los pagos pueden asociarse directa y fiablemente con los movimientos de bienes, es probable que el volumen total de saldos de transacciones disminuya drásticamente. En otras palabras, las monedas digitales pueden ser mucho más eficientes que las ordinarias, asegura.
El resultado de la investigación en curso realizada en la nueva empresa conjunta podría ser el derrocamiento del sistema de moneda de reserva que ha prevalecido durante más de dos siglos, concluye el experto.
EEUU descubrirá dentro de cinco o diez años cuán dependiente ha sido del resto del mundo. Las crisis de la libra esterlina y los recortes presupuestarios que acosaron al Reino Unido durante la década de 1970 sugieren lo que probablemente atravesará el país norteamericano, concluye David Goldman.