Antes de la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales en EEUU, Washington y Berlín habían llevado mucho tiempo discrepando sobre esta construcción energética. Deberá suministrar el gas ruso a través del mar Báltico y, combinado con el Turk Stream —que atraviesa el mar Negro—, buscará dar la oportunidad a Rusia de vender su combustible azul a la UE. El tendido de tuberías evitará así pasar por países que se opongan a su construcción.
Las discusiones en torno al proyecto se calmaron durante un tiempo durante la campaña presidencial y están a punto de resurgir con renovada fuerza.
¿Utilizará Alemania el caso de Navalni como una herramienta para influir sobre Rusia?
Pese a la resistencia de Polonia, Ucrania y Letonia, la posición oficial del Gobierno alemán no ha cambiado: el Nord Stream 2, afirma la canciller alemana Ángela Merkel, es un proyecto puramente comercial en el que los políticos no deben inmiscuirse. El barato gas ruso será necesario para Alemania en su intento por llevar a buen puerto la transición del carbón y la energía nuclear a fuentes renovables.
Estados Unidos sigue en sus trece. En el país norteamericano existe el consenso bipartidista de que el Nord Stream 2 es un proyecto geopolítico. Tanto los republicanos como los demócratas aseguran que el gasoducto dejaría a Alemania muy dependiente de Rusia, el adversario más evidente de la OTAN.
"Toda esta oposición ha aumentado aún más desde el envenenamiento y ahora el encarcelamiento del líder de la oposición rusa Alexéi Navalni (…) En el pasado, las sanciones occidentales han dejado a Putin indiferente [a cualquier herramienta de presión]. Detener la construcción del gasoducto estratégico, suponen muchos [analistas] europeos, podría llamar su atención", destaca Andreas Kluth en su artículo para la agencia Bloomberg.
Si bien Merkel admitió que Alemania "se reserva el derecho" de sancionar a las personas implicadas en el caso de Navalni en Rusia, agregó que a pesar de ello Berlín sigue apoyando el proyecto gasístico ruso-alemán.
"La posición sobre el Nord Stream 2 no se ve afectada por el momento; se trata de un proyecto sobre el que la posición del Gobierno federal es conocida", señaló Merkel citada por la agencia Reuters.
En este contexto, la insistente perseverancia de Alemania es preocupante, destaca Kluth.
Merkel no es la única líder europea que brinda su apoyo al proyecto. Su homólogo austriaco, Sebastian Kurz, también señaló que no ve necesario supeditar la construcción del gasoducto a la situación en torno a Navalni.
Los países involucrados en el proyecto no se rinden a la presión de EEUU
Las tensiones entre Estados Unidos y Alemania no dejan de aumentar. Desde hace más de un año, Washington amenaza con sancionar a las empresas que participan en la construcción del gasoducto. El anuncio de las nuevas restricciones hizo que la mayor parte de las compañías se retirase del proyecto. Como resultado, el tendido de tuberías se fue retrasando.
Para resistir este imperialismo económico, como lo llaman algunos expertos alemanes, el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, donde el Nord Stream 2 llega a tierra, ha creado el Fondo de Protección Climática. Este ente, que clasifica al gasoducto Nord Stream 2 como "el componente más importante para la protección del medioambiente", permitirá a las empresas alemanas completar el proyecto sin correr el riesgo de ser sancionadas por Washington.
"Mi suposición ha sido que [Merkel] se aferra a Nord Stream 2 para mantener la frágil paz en su coalición con los socialdemócratas. Pero también sabe que esta asociación solo durará hasta las elecciones federales de septiembre. Entonces se retirará y un nuevo Gobierno relevará el anterior. El escenario más probable será que los democristianos [Unión Demócrata Cristiana de Alemania] sigan en el poder, pero que se esta vez se asocien con los Verdes", pronostica el periodista.
El nuevo Gobierno alemán podría entonces anunciar "lo obvio", según Kluth: que este gasoducto "nunca debería haber sido construido y que nunca contendrá nada más que aire", concluye.
Kluth llega a esa conclusión basándose en el hecho de que previamente las asociaciones ecologistas Nabu y WWF de Alemania habían acusado al Gobierno de Mecklemburgo-Pomerania Occidental de "utilizar el dinero de los contribuyentes para socavar los compromisos de protección del clima".
Pese a este pronóstico poco optimista, más del 90% del proyecto ruso-alemán ya ha sido completado. Recientemente un buque especializado en tendido de tuberías ha comenzado a trabajar en las aguas danesas.
Por si fuera poco, es probable que la empresa Nord Stream AG logre finalizar las principales labores relacionadas con la construcción del gasoducto unos meses antes de que Alemania celebre las elecciones. Según Bloomberg, se espera que la construcción del gasoducto finalice en su mayor parte en junio del 2021.