Cada año el Día Mundial contra el Cáncer cae sobre nosotros con sus aplastantes cifras. Porque cada año mueren en todo el mundo casi 10 millones de personas. El cáncer es uno de los principales asesinos, de acuerdo con los datos proporcionados por la International Agency for Research on Cancer (IARC), que estima que en 2018 se diagnosticaron más de 19 millones de casos.
En España no somos inmunes a estas cifras, según los datos más recientes de la Sociedad española de Oncología Médica (SEOM), se estima que este 2021 se diagnosticarán 276.239 casos. Pero estos datos, por muy tozudos que sean, van a empeorar. La SEOM advierte que esta estimación no incluye el efecto del COVID. Con los hospitales saturados y una primera línea sanitaria volcada en la lucha contra la pandemia, los tumores, ese viejo enemigo, ha salido del foco prioritario. Pero sigue ahí.
"Yo entiendo la saturación por COVID, entiendo todas las prioridades, pero el resto de enfermos siguen existiendo y sin embargo no nos atienden", cuenta a Sputnik Tania Gañán. Su familia lleva meses en vilo. La abuela de Tania, con 82 años, fue operada en agosto en Valladolid de un tumor que se había reactivado en el estómago.
"No quiero ser crítica, pero hay cientos de centros de salud y atenciones oncológicas cerradas, gran parte de la sanidad ha desaparecido, pero las familias que luchamos con el cáncer seguimos aquí".
28 de octubre 2020, 08:00 GMT
La abuela de Tania fue enviada a casa al día siguiente de su operación. Desde entonces no recibe ningún tipo de medicación, ni quimioterapia, ni seguimiento, ni siquiera información. "Cuando hemos tratado de contactar con sus médicos simplemente nos dicen que están saturados y el tiempo sigue pasando. Ni siquiera sabemos ahora si podemos vacunarla contra el COVID porque tampoco tienen un protocolo para mi abuela. Nos sentimos abandonados".
La familia de Tania es uno de los 55.000 ejemplos que en España languidecen bajo la sombra del COVID. Es la cifra que estima la SEOM, solo en las plantas de oncología, de personas que han empezado su tratamiento con retraso, si es que lo han hecho. Esto implica menos efectividad en los cuidados y más muertes. De hecho, cálculos que la Asociación Española contra el Cáncer comparte con Sputnik revelan que la detección temprana y la prevención podrían evitar, precisamente, 55.000 muertes cada año.
En la presentación de los datos, el presidente de la SEOM, el oncólogo Álvaro Rodríguez-Lescure clamaba por recuperar el pulso a los afectados por tumores.
"Es necesario destinar los recursos necesarios, tanto humanos como técnicos, tecnológicos y diagnósticos, para evitar retrasos de nuevos casos de cáncer y pérdidas de oportunidad de curación".
Rodríguez-Lescure alertó de que el punto más flaco está en la detección de nuevos casos en estos momentos. En los enfermos que aún no han sido detectados y que conviven con síntomas sin pisar un hospital. Según cálculos de la AECC, entre marzo y junio del 2020 hubo una disminución del 30% en los diagnósticos en citologías, con lo que calculan que uno de cada 5 afectados por el cáncer se quedó sin diagnosticar. Las causas las encontramos en el miedo y la indefensión, y las consecuencias, una "soledad no deseada percibida. Esta pandemia ha provocado en los pacientes el sentimiento de estar solos, aunque físicamente no lo estén", revelan desde AECC.
Por mucho que el COVID inunde nuestras UCIs y acapare nuestra atención, las víctimas de cáncer continúan aumentando. Andalucía, es según el Instituto Nacional de Estadística la región que más defunciones acaparó por tumores en los últimos registros con 18.261.
Desde Andalucía, el representante regional de la sociedad oncológica instaba a que los recursos sanitarios no se centren exclusivamente en la pandemia.
"No podemos dar un paso atrás en el diagnóstico y atención oncológica porque habrá personas que llegarán con tumores en estadios más avanzados y otras que incluso no llegarán a ser diagnosticadas", afirma el doctor Antonio Rueda.
Por su parte, el presidente regional de la AECC, Jesús Maza, alertaba en la televisión autonómica que la detección precoz ha caído un 7%. Otro aspecto preocupante, que se reflejará en los próximos meses, es la ralentización en investigación, con un 40% de los ensayos clínicos en standby. Si la lucha contra el cáncer es una carrera de fondo, simplemente ahora estamos lastrados, pero los tumores siguen año tras año sumando cifras.
Los diagnósticos más frecuentes en España son:
Cifras que no contemplan la letalidad añadida por el COVID.