Según el órgano estadístico, desde mediados de marzo hasta finales de diciembre (de la semana 11 del año a la 52) se registraron en España un total de 391.398 decesos, una cifra notablemente superior a las 311.196 del mismo periodo en 2019.
De acuerdo con los datos del Ministerio de Sanidad, un total de 52.683 personas fallecieron este 2020 tras ser diagnosticadas con coronavirus.
Ese desfase cercano a los 30.000 muertos entre la contabilidad de muertos por COVID-19 y el exceso de fallecimientos global —categoría que incluye cualquier causa de defunción— se explica por varios factores.
En primer lugar, España sólo cuenta como muertes por coronavirus a las personas que fallecieron tras recibir un diagnóstico positivo, lo que deja fuera del radar a todas aquellas personas que perdieron la vida a causa de la COVID-19 pero no llegaron a ser testados.
Además, la pandemia generó escenarios extraordinarios, como los confinamientos, la saturación del sistema de salud e incluso el miedo a acudir a centros sanitarios por el miedo al contagio, que también pueden hacer crecer la cifra de muertes por otras patologías.
2 de diciembre 2020, 17:08 GMT
Finalmente, también cabe recordar que las cifras de muertes son susceptibles de sufrir ligeras variaciones anuales sin motivo aparente, por lo que la comparación con 2019 sirve para dar una idea aproximada del impacto causado por la pandemia, pero no un dato indiscutible.
El peor momento de 2020 se registró en la semana 14 del año (del 30 de marzo al 5 de abril, durante la primera oleada de contagios) cuando se registraron un total de 20.767 muertes, un 135% más que las 8.807 del mismo periodo en el año anterior.
Otro repunte destacado es el que tuvo lugar en la semana 45 (del 2 al 8 de noviembre, en la segunda oleada) con 10.599 decesos, un 38% más que las 2.922 registradas en los mismos días de 2019.