"Los presos en Guantánamo han sido torturados sin que nadie rinda cuentas por ello, lo que pone a Estados Unidos en una situación de violación a los derechos humanos (…) Es momento de que Estados Unidos ponga fin a la hipocresía y cierre Guantánamo", sostuvo la directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski.
La directora también afirmó que se trata de "detenciones que durante años han estado indiscutiblemente ligadas a conductas ilegales del Gobierno (de EEUU) en múltiples niveles".
El informe documenta violaciones a los derechos humanos cometidas contra las personas recluidas en el campo, donde las víctimas de tortura permanecen confinadas indefinidamente sin asistencia médica adecuada y sin un juicio con las debidas garantías.
Además, detalla que los traslados desde sus instalaciones se han paralizado, y que incluso personas cuya liberación había sido autorizada han continuado encarceladas durante años.
"No se trata sólo de las 40 personas que aún están recluidas en Guantánamo, sino también de los crímenes de derecho internacional cometidos en estos 19 años y la permanente ausencia de rendición de cuentas por tales crímenes", sostuvo Daphne Eviatar, directora del Programa de Seguridad con Derechos Humanos de Amnistía Internacional Estados Unidos.
Las detenciones de Guantánamo, según Amnistía, surgieron de la decisión de enmarcar la respuesta estadounidense a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en una "guerra global contra el terror", eludiendo protecciones de derechos humanos en la búsqueda de información.
"Se cometieron crímenes de derecho internacional como tortura y desaparición forzada contra personas que fueron deliberadamente recluidas al margen del escrutinio judicial en Guantánamo o en centros secretos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en otros países", agrega el texto.
En su informe, Amnistía Internacional insta a abordar este asunto con renovada urgencia y un genuino compromiso con la verdad, la rendición de cuentas y la reparación, así como el reconocimiento de que no debe permitirse que continúen las detenciones indefinidas en Guantánamo.
En ese sentido, recuerdan lo que declaró en su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich de 2009, el entonces vicepresidente y actual mandatario electo, Joe Biden.
"Haremos respetar los derechos de las personas a las que llevemos ante la justicia. Y cerraremos el centro de detención de Guantánamo", declaró el demócrata que en menos de 10 días será investido como presidente de Estados Unidos.
La prisión militar de Guantánamo, donde casi la totalidad de los prisioneros nunca fueron acusados formalmente ni enjuiciados, fue blanco de críticas internacionales por el agujero legal en el que opera y por los abusos y maltratos a los detenidos, todos ellos musulmanes.
La cárcel de Guantánamo fue abierta en 2002 para recluir a sospechosos de terrorismo, bajo la presidencia de George W. Bush (2001-2009).