Al igual que el resto de los países, México enfrentó la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19 con una serie de problemas previos que posiblemente continuarán presentes en este año. Entre los temas que seguirán marcando la agenda gubernamental se encuentran la relación bilateral con el nuevo Gobierno de Estados Unidos, la seguridad nacional y los próximos comicios electorales.
Para ello, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador continuó enfocando su política pública en programas sociales, tales como becas a jóvenes, apoyos a adultos mayores y a mujeres trabajadoras, entre otros. Sin embargo, esto no ha logrado aminorar significativamente el índice de pobreza ni los niveles de inseguridad que acechan al país desde hace más de una década.
En este sentido, Gibrán Ramírez Reyes, politólogo y militante del partido gobernante de México, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), apunta en entrevista con Sputnik que entre los retos prioritarios del actual Gobierno se encuentra "transformar la política social para que no considere nada más las transferencias".
"La política de seguridad social, de protección social o del desarrollo social tiene dos grandes patas: una pata son las transferencias económicas —que suelen ser las pensiones, las becas, etcétera— y que este Gobierno se ha empeñado en fortalecer, que son para garantizar a la gente el derecho más básico que es el derecho de existir; pero esas mismas políticas sociales tienen otra gran pata, que son los servicios públicos que al menos de manera declarativa sí ocupaban un espacio fundamental en el discurso de López Obrador, pero en su política pública no", explica.
Por otra parte, señala que a pesar de que se hizo la reforma al artículo 4 de la Constitución que garantiza el acceso a la salud, las becas y pensiones, así como el derecho a la atención médica y medicamentos gratuitos, lo que se necesita es un "nuevo diseño institucional" que fortalezca los servicios de salud pública.
Sobre este punto, Ramírez indica que uno de los logros indirectos durante la emergencia sanitaria por el COVID-19 fueron las medidas gubernamentales para fortalecer de algún modo al sector de salud. Por lo que, desde su punto de vista, "el reto para el próximo año es que se solidifiquen esos avances que hubo en salud y que se les de una organización institucional".
2021: ¿el año de la reactivación económica?
El 2021 será un año en el que posiblemente el tema principal continuará siendo la pandemia por COVID-19. En principio, por el riesgo de propagación del SARS-CoV-2 —incluidas las nuevas cepas del virus— y porque la reactivación económica será uno de los puntos claves para sostener a las sociedades.
"El reto para la mayor parte del mundo es detener la crisis económica. Esta nueva incertidumbre, que quizá dure solo unas semanas por la nueva cepa que se ha expandido y hecho dominante en el sur de Gran Bretaña. La preocupación principal es económica, es decir, si nos tenemos que encerrar todos de nuevo, ¿ahora qué va a suceder? (…) Si ya en algunos casos nos echamos diez años en algunos países en el tamaño de la economía, ¿qué va a pasar si esa inercia sigue y despoja a los países de la capacidad de salir de esa emergencia económica?", comenta Ramírez Reyes.
Al respecto, apunta que a las políticas de reactivación económica se les descontarán los recursos que el Estado invierta en ayudas sociales, pues es dinero con el que ya no se contará para promover el crecimiento económico.
Por ejemplo, "en el caso de Brasil, donde han sido importantes en una segunda etapa las ayudas sociales, pues es dinero que ya no va a haber para la inversión pública y la recuperación, y es el caso de una economía grande. En el caso de economías más pequeñas puede ser mucho más trágico el escenario".
2021: ¿cuáles serán los otros retos para México?
Este año estará marcado por los comicios electorales, en los que se pondrá a prueba la fuerza política del partido gobernante, Morena, versus el bloque de oposición, compuesto por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
De forma paralela, la Administración de López Obrador continuará enfrentando tres temas que serán elementales para el futuro del país: la relación con el Gobierno de Estados Unidos, el control de la seguridad nacional y la consulta popular para enjuiciar a los expresidentes involucrados en casos de corrupción.
"Políticamente, desde luego tenemos unas elecciones que van a construir toda la narrativa y donde irá adquiriendo cada vez más protagonismo la consulta para enjuiciar a los expresidentes. Seguramente que la constitución de la alianza entre PRI, PAN, PRD, no solamente en ciento cincuenta y tantos distritos electorales, sino en algunas gubernaturas, va a poner en predicamento a Morena", advierte Ramírez Reyes.
Por otro lado, recuerda que los temas que seguirán marcando la agenda política son los procesos judiciales que se siguen contra la extitular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles, y el exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex) Emilio Lozoya.
Respecto a la seguridad, señala que uno de los temas centrales para este año es el fortalecimiento de las recientes modificaciones a la Ley de Seguridad Nacional para regular la actuación de agentes extranjeros —especialmente de elementos de seguridad estadounidenses— en territorio nacional.
"Ha cambiado la correlación de fuerzas y el enfoque soberanista, lo cual está empezando a tener impactos concretos. (...) Creo que el rumbo que va a tener en nuestra política va a ser ese, entonces lo que yo esperaría y de lo que creo que se trata 2021 en el reto de seguridad es más binacional que nacional, que es en el asunto del tráfico de armas", expone el analista político.
Sobre la relación con Estados Unidos, comenta que la buena comunicación que tiene el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, con los demócratas, "permite ver un escenario de amplia colaboración y diálogo". Sin embargo, subraya que se deberá hacer énfasis en el "carácter soberanista de nuestro Gobierno".
"Se trata de una relación consolidada estructuralmente: México está en Estados Unidos y Estados Unidos está en México. Lo único que se puede poner son las reglas de esa consistencia para que dejen de pasar cosas como pasaron en el sexenio pasado, como lo de Allende, Coahuila, que quizá fue la expresión más grave de la intromisión de las fuerzas de seguridad de Estados Unidos en nuestro país", concluye Ramírez Reyes.