"Es gente sin escrúpulos, que quiere llevar a personas que están en alguna dificultad, especialmente por la tormenta, a una aventura que lo que llena es de luto y dolor a la familia hondureña", dijo el titular de Exteriores en declaraciones que recoge el diario El Heraldo, editado en Tegucigalpa.
Rosales agregó que las autoridades hondureñas cuentan con información sobre movimientos masivos de personas los cuales implican además a ciudadanos de El Salvador, Guatemala, Ecuador, África y Haití, "que están siendo embaucados en esta aventura".
Al respecto, el 5 de enero el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) advirtió sobre una nueva caravana de personas de nacionalidad hondureña, prevista para emprender la ruta el 15 de enero.
Ante tal situación el IGM puntualizó que quienes quieran entrar a territorio guatemalteco estarán obligados a presentar la prueba PCR o antígeno negativa de COVID-19, pasaporte vigente o documento de identificación y los menos de edad deben ir acompañados por uno de sus padres.
Un factor de impulso a la migración ilegal está relacionado con las tormentas tropicales Eta y Iota que inundaron en noviembre gran parte del territorio hondureño, donde dejaron unos 90 muertos y pérdidas económicas por 1.872 millones de dólares, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
La activista hondureña de derechos humanos Itsmania Platero publicó el 23 de diciembre en su sitio en Internet que nuevos flujos migratorios podrían salir de Honduras hacia México.
"Activistas de Honduras estiman que saldrían unos 15.000 o 20.000 hondureños que buscarán llegar a Estados Unidos a toda costa para obtener beneficios del nuevo gobierno [de Joe Biden]", agregaba la publicación.
Las caravanas de migrantes centroamericanos rumbo a Estados Unidos constituyen una serie de éxodos iniciados en octubre de 2018, desde la ciudad industrial de San Pedro Sula, capital económica de Honduras.