España avanza hacia el consumo exclusivo de energías limpias acordado en Europa, dominado por un horizonte sin emisiones contaminantes. Mediante la utilización de fuentes renovables, se quiere reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la dependencia de los mercados de combustibles fósiles como el petróleo y el gas. También se desea diversificar los suministros de energía.
España está próxima a cumplir la cuota asignada de uso de estas energías en el total de su consumo energético, que también es del 20%. A falta de los datos oficiales de 2020 (Eurostat los publicará el año que viene), el volumen de energías verdes en este país alcanza ya el 18,4%.
Objetivos para cada país
En 2010 la Comisión Europea fijó los objetivos para cada Estado miembro atendiendo a su situación inicial. Unos países debían alcanzar cotas más altas (Suecia, un 49%) y otros más bajas (Bélgica un 13% y Países Bajos un 14%). También se impusieron metas parejas a la de España, por ejemplo a Alemania (un 18%) y Francia (23%).
España figura en un grupo de países que está a punto de cumplir la tarea encomendada. Si a ella (18,4%) le restan todavía 1,6 puntos, a Austria (33,6%), Hungría (12,6%) y Portugal (30,6%) les faltan 0,4. A Alemania (17,4%) le quedan 0,6. Pero Francia y Países Bajos lo tienen más difícil, pues los franceses van por el 17,2% y a los neerlandeses les quedan 5,2 puntos. El Reino Unido ya no pertenece al club comunitario, pero se halla relativamente cerca de cumplir el porcentaje (un 15%, va por 12,3%).
Dado su ritmo, hay dos países europeos extracomunitarios que ya en 2030 podrán proveerse exclusivamente de fuentes renovables para su consumo energético. Son Islandia, que alcanza ya el 78,2% (se le había asignado un 64%), y Noruega con un 73,7% (debía llegar al 67,5%). De este modo, el país nórdico producirá gas y petróleo solo para exportar.
El origen de las fuentes
La energía eólica y la hidráulica supusieron en 2019 el 70% de las fuentes renovables con las que en la UE se generó el consumo de electricidad (aportaron un 35% cada una). En total, el consumo de energía eléctrica generada por energía verde alcanzó el 34% (dos puntos más que en 2018).
La energía solar es la que más crece actualmente, si bien representa solo un 13% del volumen verde generado. Pero el crecimiento es ostensible, dado que en 2008 solo suponía el 1%. A continuación figuran los biocarburantes sólidos (8%) y otras fuentes (9%).
España es capaz de generar ya el 36,9% de la electricidad que consume a partir de fuentes renovables, muy por encima de Francia (22,4%), país que se distingue por albergar numerosas centrales nucleares en su territorio. Alemania muestra índices un poco mejores (40,8%), pero son cifras que palidecen ante Austria (75%), Suecia (71,2%), Dinamarca (65,4%), el mismo Portugal (53,8%) e incluso Letonia (53,4%). Noruega (109,1%) e Islandia cubren la totalidad de su consumo eléctrico con renovables y exportan los excedentes.