Ecuación: dinero, poder, blindaje
Se acabó el amor. Qué poco duró. Aquel que se prometieron hace medio año en nombre del combate a la pandemia del coronavirus, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y su socio, hasta ahora en el Gobierno y ministro de Defensa, Benny Gantz.
Bajo la excusa de la sanidad pública, Netanyahu se blindaba así de los juicios que pesan en su contra por corrupción: está procesado por soborno, fraude y abuso de poder. A cambio, Gantz subía al poder y se inventaba una figura nueva de mutua conveniencia de vice primer ministro, con condición de alterne: un año y medio para cada uno de primer ministro y de vice primer ministro, y un año y medio para cada uno de ministro de Defensa.
Pero el bloqueo de los presupuestos para 2020 por parte del líder del Likud fue insoportable para el líder de Azul y Blanco, y decidió dejar de hacer la plancha. "Todo lo que está sucediendo se debe a que Netanyahu miente al público y solo piensa en salvarse de sus casos judiciales", disparó el exgeneral.
El resultado de este mecanismo constitucional que ya fue utilizado el año pasado cuando no se pudo formar Gobierno, no pasa de la anécdota: 61 a 54 ganó la moción de disolver el legislativo, y contó con la abstención de parlamentarios árabe-israelíes del partido Ra'am.
Para el periodista y analista internacional Pablo Jofré Leal, esta situación se veía venir. "No sorprende porque indudablemente desde el momento mismo en que Benjamín Netanyahu comenzó a ser procesado, su piso político se vio inestable y sólo logró cierta estabilidad cuando hace 7 meses logró 'formar un gobierno' de unidad nacional junto a Benny Gantz".
Jofré Leal incide en el pasado militar de Gantz con relación a Gaza lo que produjo "un contubernio político-militar muy potente que se creía que podía generar estabilidad en Israel".
"Sin embargo, la forma muy particular, individualista y absolutamente manifiesta con sus propios objetivos de Benjamín Netanyahu, ha hecho imposible cualquier cohabitación con Benny Gantz", avisa el experto.
Salida de emergencia
Como si estuviera totalmente disociado, Netanyahu sigue con el mantra de que hay que salvar al Gobierno para contener la pandemia del COVID-19, conseguir las vacunas y ayudar a la población económicamente, pero se planta y no da luz verde a los presupuestos de 2020 y de 2021, que es la única condición necesaria para que su Gobierno, es decir, su blindaje, no se venga abajo. Incluso podría reservarse un as en su manga: la aprobación de las cuentas del Estado para controlar los tiempos del proceso electoral en función de sus propios intereses.
Netanyahu todavía cuenta con una salida de emergencia, pero tiene caducidad el día 23, fecha límite para aprobar los presupuestos. De no ser así, inexorablemente la ola lo pasará por encima el próximo mes de marzo. Y es que según la legislación de ese país, si para entonces no hay presupuestos, los comicios quedarán automáticamente programados para junio de 2021.
Jofré Leal advierte que Benjamín Netanyahu ha buscado apoyos, no sólo de forma interna a través de empresarios con los cuales ha establecido negocios, y por los cuales está acusado en este momento, sino también en el plano externo. "Hay una clara señal de buscar apoyos, incluso en monarquías ribereñas del golfo Pérsico, en virtud de la posibilidad futura de que algo le pueda pasar".
"Qué mejor que apoyarse en los Emiratos Árabes Unidos, en Bahréin, en Arabia Saudí. Qué mejor que buscar un apoyo multinacional para aquello con lo que se va a enfrentar, que le daría un blindaje político. ¡Cómo pueden detener a Benjamín Netanyahu, cómo pueden procesar a un hombre que ha buscado la paz, un hombre que está buscando la estabilidad de Oriente Medio!", ironiza el analista y concluye: "Eso es un elemento también de búsqueda de blindaje".