"El aumento significativo de las ejecuciones en EEUU a nivel federal provoca una profunda preocupación de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE", indica el comunicado del organismo, que aparece en su cuenta de Twitter.
EEUU informó con anterioridad que en el país se planean realizar en breve, antes de la próxima investidura del 20 de enero, otras cinco ejecuciones.
El 16 de junio pasado se anunció que las ejecuciones federales se reanudarían a partir del 13 de julio, tras un receso de 17 años.
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, defendió la medida afirmando que la pena capital se realizará en relación a los autores de "asesinatos especialmente atroces".
Para ese entonces en las prisiones estadounidenses se encontraban 62 personas condenadas a la pena capital.
Se trataba de solo una pequeña parte de los convictos que esperaban ser ejecutados en ese país, ya que la gran mayoría de ellos se encontraban bajo la jurisdicción de los estados, no del Gobierno federal.
Daniel Lewis Lee, de 47 años, recluido en la prisión federal de Terre Haute en Indiana, fue el primer ejecutado las la suspensión de la moratoria.
El 24 de septiembre de 2019, el Gobierno de EEUU ejecutó al séptimo preso y primer hombre negro desde la reanudación de la pena de muerte a nivel federal.
Christopher Vialva, de 40 años, fue ejecutado por matar a dos ministros de la juventud en el estado de Texas en el 2000.