El chavismo ganó la mayoría a la Asamblea Nacional en las elecciones del 6D (6 de diciembre). El resultado fue largamente esperado, hasta horas de la madrugada, cuando la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Indira Alfonzo, anunció el primer boletín, con 82,35% de los votos escrutados.
Horas más tarde y ya con el 98,63% de los votos escrutados, la funcionaria ofreció el segundo boletin según el cual la participación fue de del 30,5% con un total de 6.251.080 votos del padrón de 20,7 millones de electores. De esa cifra, la alianza del Gran Polo Patriótico (GPP), encabezada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), alcanzó el 68,43% con 4.277.926 votos.
7 de diciembre 2020, 17:32 GMT
Las listas opositoras, por su parte, alcanzaron porcentajes bajos. La alianza formada por los partidos Acción Democrática, Copei, Cambiemos, Avanzada Progresista, y El Cambio obtuvo 17,52% con 1.095.170 votos, y la alianza de las fuerzas Venezuela Unida, Primero Venezuela, y Voluntad Popular Activistas consiguió 259.450 votos. En cuanto al Partido Comunista de Venezuela logró 167.743 votos.
Una vez conocidos los primeros números tuvo lugar una comunicación televisada entre el Comando de Campaña Darío Viva, con la presencia de la dirigencia del PSUV, entre ellos Diosdado Cabello y Jorge Rodríguez, con el presidente Nicolás Maduro, junto a su esposa Cilia Flores y su hijo Nicolás Maduro Guerras, ambos electos para la nueva AN.
"Tenemos una nueva Asamblea Nacional elegida por el voto del pueblo, gran victoria de la democracia, de la Constitución", afirmó desde allí Maduro, quien felicitó por el desarrollo de una jornada electoral sin incidentes, en el marco de un contexto complejo, tanto por los factores económicos como políticos, del orden de lo nacional e internacional.
¿Qué dice Juan Guaidó?
Desde horas de la tarde la derecha nucleada alrededor de Juan Guaidó, que había llamado a boicotear las elecciones, anunció que la abstención había sido mayor al 80%, una aseveración sin sustento. El objetivo fue instalar el mensaje mediáticamente para luego, una vez conocido los resultados, denunciar un fraude por parte del CNE.
El mismo secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, tuiteó durante la tarde de las elecciones que había existido un fraude, ratificando la posición repetida por el Gobierno de EEUU que, desde la hora cero, realizó un despliegue de operaciones para sabotear la contienda legislativa.
El objetivo de Guaidó fue afirmar que la elección no tuvo respaldo producto de su convocatoria a la abstención y que, en consecuencia, tanto el Gobierno como la oposición que participó quedaron derrotados. Así, según ese mensaje, él y quienes se mantienen dentro de esa estrategia resultaron fortalecidos.
Sin embargo, ni la abstención fue de 80%, ni la que existió fue producto de un llamado de Guaidó y Pompeo, sino resultado de una serie de variables, como, por ejemplo, la situación de dificultades económicas prolongada en el marco de un bloqueo económico que, durante el 2020, tomó dimensiones aún mayores dentro de la "máxima presión" desplegada desde EEUU.
La variable económica, con su consecuente impacto en descontentos y agotamientos, no fue la única explicación de la tasa de participación. Otra razón puede buscarse en un conflicto político complejo que generó un desgaste sobre la población, donde un sector ya no se siente representado en ninguna de las opciones políticas existentes.
¿Qué se puede concluir?
Algo es seguro: a partir del 5 de enero habrá una nueva Asamblea Nacional con una mayoría del chavismo, lo que representa una victoria para las fuerzas nucleadas en el GPP, y en particular para el PSUV.
La obtención de esa mayoría significa haber logrado revertir la derrota legislativa del 2015, año en que la mayoría fue obtenida por la oposición, lo que se tradujo en una escalada de los intentos de derrocamientos, desplegado con centralidad desde la AN.
La existencia de un nuevo Poder Legislativo, con mayoría chavista y fracciones parlamentarias opositoras, será una nueva realidad en la política nacional a partir del 2021, un año que nuevamente estará marcado por elecciones, esta vez a alcaldías y gobernaciones.
Otra conclusión es innegable: Guaidó y las fuerzas que se mantienen dentro de esa estrategia, quedarán fuera del Poder Legislativo. ¿Qué hará quienes reconocen su presidencia interina a nivel internacional? ¿Sostendrán que sigue siendo presidente encargado? Al respecto, el expresidente de España José Luis Zapatero (2004-2011), quien vino a Venezuela en el marco de las elecciones, llamó a la reflexión de la Unión Europea.
"La diplomacia de la Unión Europea se basa en la solución pacífica de los conflictos, en el respeto a los procedimientos, y deseo que la Unión Europea haga una reflexión después de estas elecciones, que evalúe lo que ha dado de sí la política de sanciones o la política de no reconocimiento, que nos puede conducir al mayor absurdo que haya conocido la historia del derecho internacional", sostuvo el exmandatario español.
La fórmula de Guaidó para buscar legitimar que continuará al frente de la "Presidencia interina" a pesar de no estar más en la AN será la denominada "consulta popular", que se pretende realizar a través de una aplicación de teléfono hasta el día 12 de diciembre, cuando, según Guaidó, habrá una votación presencial.
El objetivo de la consulta es poder afirmar luego, en particular a nivel internacional, que fue respaldado para mantenerse al frente de la Presidencia imaginaria, ya completamente reducida al ámbito de lo virtual. Capriles Radonski, quien en primer lugar iba a participar de las legislativas, y finalmente dio marcha atrás amparándose en la decisión de la Unión Europea, calificó la iniciativa de la "consulta" como un "llamados a una movilización sin soluciones tangibles".
¿Qué sigue después del 6D?
Una pregunta central está aún por responderse: ¿qué hará la nueva Administración del futuro presidente de EEUU, Joe Biden? ¿Modificará las tácticas en su intento de cambio de Gobierno en Venezuela? ¿Mantendrá el bloqueo o estará dispuesto a flexibilizarlo dentro de un diálogo y negociación?
Se trata de un punto central de cara a proyectar la evolución del conflicto y, en particular de la situación económica. El chavismo, se sabe, tiene como punto principal de exigencia en un diálogo el levantamiento de las medidas económicas que asfixian la macroeconomía e impactan violentamente en las cotidianidades.
Durante los debates entre candidatos a la Asamblea Nacional, uno de los participantes, Javier Bertucci, afirmó, por ejemplo, que, desde el Poder Legislativo podrían realizarse posibles acuerdos para abordar un proceso de diálogo con Washington, con demandas consensuadas para abordar el levantamiento necesario del bloqueo, que no cuenta con respaldo dentro de Venezuela.
Avanzar en resoluciones de la situación económica será uno de los puntos principales y urgentes a ser abordado por la Asamblea Nacional, tanto, por ejemplo, en el orden de los salarios, como de los servicios públicos, como el agua, la luz, el gas, así como la gasolina. ¿Qué podrá hacer el Legislativo? ¿Qué hará? Son algunas de las preguntas que tendrán respuestas en los próximos meses.
Venezuela logró llevar adelante una jornada electoral en un contexto de saboteo por parte de un sector de la oposición, Gobiernos extranjeros, grandes medios, un bloqueo económico. En esa realización electoral, es decir en mantener el conflicto por vía electoral, existe en sí mismo una victoria para la posibilidad democrática del país.