Este organismo de contraespionaje fue creado en 1943 y la misión principal que cumplía era detectar con anticipación los ataques enemigos y a los infiltrados.
El poder que les fue otorgado a los agentes Smersh les permitió descubrir varias ofensivas enemigas, una de ellas era de gran escala e incluía el despliegue de tanques cerca de las ciudades de Oriol, Kursk y Belgorod, gracias a ello se pudo alertar al Ejército soviético y ganar tiempo para repeler el ataque.
"La información era extraída por los oficiales de inteligencia durante los interrogatorios a prisioneros e informantes, el ejército recibía esta información de inmediato. Así, el comando soviético pudo detectar dónde y cuándo los alemanes comenzarían sus ofensivas", recordó a Sputnik el director científico de la Sociedad Histórica Militar Rusa, Mijaíl Miagkov.
Pero los agentes sabían que el peligro no solo podía venir de las ofensivas enemigas, sino que también podían infiltrarse en las filas del Ejército soviético a través de los prisioneros. Por eso prestaban gran atención a las negociaciones que se realizaban por radio. Además, cuando los prisioneros de guerra regresaban del territorio ocupado, eran llevados a campamentos de verificación y filtración, donde los agentes los examinaban minuciosamente para comprobar que estos no hubieran pactado con el enemigo a cambio de su libertad. Por lo general, después de eso, los soldados y oficiales regresaban a sus unidades.
17 de diciembre 2019, 21:30 GMT
Durante los operativos, los agentes Smersh tenían derecho de requisar lugares, confiscar documentos, arrestar a soldados soviéticos y civiles sospechosos de actividades criminales. Sin embargo, todas las acciones, especialmente las detenciones de soldados y oficiales, se coordinaban con la fiscalía militar.
A pesar de que Smersh tenía poder, según Miagkov, no se practicaban acusaciones indiscriminadas e infundadas. La investigación fue muy minuciosa y las sentencias fueron dictadas por los tribunales militares de campo, a menudo en una situación de combate.
"Los oficiales de Smersh examinaron cada caso, realizaron interrogatorios, estudiaron el testimonio de los testigos y tuvieron en cuenta todos los detalles", explica el historiador.
La severidad del castigo se determinaba en base a la gravedad del delito. No siempre se trataba de la pena de muerte: el delincuente podía ser enviado a una unidad de castigo o, si había motivos políticos, se le enviaba a la retaguardia, donde otras instancias se hacían cargo del acusado.
"En una situación militar, Smersh era extremadamente necesario, hacía un trabajo sin el cual ningún ejército podría prescindir. Los enemigos devolvían a los prisioneros luego de que aceptaban cooperar con ellos, así los alemanes hacían un trabajo más preciso y comenzó un verdadero enfrentamiento entre la contrainteligencia y los espías alemanes", explicó Miagkov.
Agentes Smersh contra los espías alemanes
Durante la Gran Guerra Patria, los agentes Smersh llevaron a cabo cerca de 190 operativos de desinformación contra el enemigo. Los alemanes a menudo enviaban espías con estaciones de radio para recibir información, pero docenas de ellos fueron capturados y los pusieron a trabajar bajo el control de la contrainteligencia soviética, es así que en lugar de enviar la información esperada, lo que hacían era desinformarlos.
Uno de los tantos operativos fue la operación "Berezino", que comenzó en 1944 y duró hasta la capitulación de la Alemania nazi. Smersh, en cooperación con otros servicios especiales soviéticos, hizo creer a los nazis que un grupo de 2.000 soldados alemanes morían luego de ser rodeados, lo cual no era cierto.
En pocos años, en territorio soviético fueron eliminados y capturados más de 400 agentes alemanes y otros organismos de inteligencia. En total, durante los años de la Gran Guerra Patria, los agentes Smersh descubrieron a unos 3.500 mil saboteadores y 6.000 agentes infiltrados. Smersh fue disuelto en mayo de 1946.