Los científicos ya habían informado de un nuevo ciclo de actividad solar. Registraron la erupción solar más potente de los últimos tres años cuyo epicentro está en el lado invisible de la estrella.
Los detectores de la radiación de rayos X, que operan en la órbita, registraron la erupción el pasado 29 de noviembre. El nivel de potencia del estallido solar fue de M4.4, el cuarto más alto de los cinco posibles. La última vez que se registró una erupción tan potente fue en 2017.
Sin embargo, nuestra estrella no está bajo amenaza.
"Es extremadamente improbable. El comportamiento del Sol, como el de un reactor termonuclear, es calculado y probado", respondió Petrukóvich a la pregunta de si el Sol podría explotar de repente.
El científico añadió que un impacto externo catastrófico en nuestra estrella podría ser causado, por ejemplo, por la explosión de una estrella cercana.
"No obstante, ocupamos un lugar tranquilo en la galaxia, en nuestro entorno, las supernovas son extremadamente raras. Las estrellas más cercanas a nosotros que teóricamente podrían explotar están a decenas de años luz de distancia. Son gigantes azules, y todos están aún lejos de explotar", explicó Petrukóvich.
Señaló que es difícil imaginar un mecanismo diferente de influencia sobre el Sol, por lo que cualquier predicción no se basará en el conocimiento científico.
"Del mismo modo podríamos asumir, por ejemplo, que los malvados alienígenas aparecerán y nos conquistarán. Conocemos un gran número de opciones cuando las estrellas explotan, pero ninguna es nuestro caso", dijo el científico.