Desde que el Gobierno mexicano anunció públicamente su intención de asumir una ruta crítica para la eliminación del glifosato —principio activo del principal herbicida usado en la agricultura industrial de los últimos cuarenta años— dada la evidencia pública conocida sobre sus alteraciones a la salud y al ambiente, las voces críticas abiertas habían venido de los sectores vinculados a las cámaras de la agroindustria.
Sin embargo, esta puja tiene su polémica actual en torno a cómo será el texto del decreto que regulará cómo se lleva a cabo esta decisión política. Aunque la Secretaría de Agricultura buscó desligarse de la paternidad de un texto señalado como light mantiene entre sus encargados a funcionarios convencidos que lo promovido por las áreas de Medio Ambiente y Salud, es inviable.
"Hay una tendencia fuera de la realidad que dice que vamos a hacer agricultura sin agroquímicos, pero en México, la que conocemos depende de los químicos. Mi anticipo es que en cuatro años cuando no usemos glifosato, entonces usemos otros químicos", dijo en entrevista con Sputnik Javier Trujillo Arriaga, director del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad (Senasica).
La Senasica es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural encargada de las actividades de sanidad e inocuidad del sector, para la protección de plagas y enfermedades vinculadas a las producciones agrícola, pecuaria, acuícola y pesquera para su consumo en México y la exportación.
Respaldo a las Cámaras
Antes que Trujillo, el representante del Consejo Nacional Agropecuario (CNA) Bosco de la Vega, había anunciado públicamente que se caería en una hambruna generalizada ante el anuncio de restricción de la importación del glifosato a México, impuesta por la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat).
"Por lo que tenemos que embarcarnos en algo que lo sustituya", subrayó Trujillo durante la conversación con este medio.
Refirió particularmente a otro herbicida llamado paraquat que, según información pública obtenida por la revista mexicana Contralínea, durante el último sexenio — diciembre 2012 a junio de 2018— la Secretaría de Defensa Nacional "esparció 132.635 litros de este herbicida durante 17.612 operativos aéreos de fumigación para erradicar plantíos de marihuana y amapola".
A su vez, sostuvo la fuente de la Secretaría Federal de Agricultura (Sader) que una decena de cultivos monopolizan su uso en la producción industrial del país. "El glifosato es un insumo que se ocupa ampliamente en la agricultura pero no son más de diez cultivos los que concentran el 80% de su uso, aunque en el registro de la Comisión Federal para la protección de riesgos sanitarios (Cofepris) lo tiene autorizado para más de cien cultivos", apuntó Trujillo.
Para el titular de la Senasica, el frente abierto con la salida del glifosato se contrapone a la estrategia de aumentar la producción industrial de maíz en México que comparte con las grandes cámaras empresariales como el mencionado CNA.
"Creo que el punto del CNA es correcto. Senasica participa en una estrategia deliberada para lograr la autosuficiencia alimentaria, aumentando la producción de maíz en nueve zonas del país del que ya participamos en la segunda temporada agrícola. Si en la siguiente primavera no usáramos glifosato, habría un impacto en los rendimientos", dijo en entrevista.
Cuando se le consulta sobre la aplicación del principio precautorio argumentado por las autoridades detractoras del químico para la reducción de su uso, particularmente sobre la evidencia que se tiene hace ya tres años de la amplia presencia de glifosato en la harina con la que se elaboran las tortillas de maíz industriales en México, Trujillo respondió que prefería no expresarse al respecto.
"Lo único que puedo manifestar es que somos respetuosos de lo que están promoviendo las autoridades de Medio Ambiente y Salud, que es la sustitución del glifosato. Eso no lo discutimos, cumplimos el mandato que se nos dio", concluyó.