"Rusia cumple funciones de particular importancia, el cambio del statu quo, que se basa en el espíritu y la letra del Derecho Internacional, puede llevar a una desestabilización grave, por lo tanto, esperamos que no se hagan cambios algunos al respecto", expresó Peskov.
Según el portavoz, Rusia confía en la discusión acerca de la presencia de las fuerzas de paz en la región.
Peskov agregó además que Moscú está en contacto con la presidenta electa de Moldavia, Maia Sandu, a través de su misión diplomática.
Este 30 de noviembre Sandu anunció su intención de discutir con el Gobierno ruso la retirada del armamento de Transnistria e instó a Rusia a replegar a sus militares que vigilan depósitos de armas en la región.
La desintegración de la Unión Soviética y el miedo a una fusión de Moldavia con la vecina Rumanía empujaron a varios distritos en la ribera oriental del Dniéster, de población mayoritariamente rusohablante, a proclamar la creación de la llamada República Moldava de Transnistria a principios de los 1990.
Chisinau respondió con el envío de tropas al territorio rebelde, lo que dio origen a un conflicto armado que se prolongó por varios meses.
Actualmente Transnistria representa un territorio fuera del control de Chisinau, con todos los atributos de un Estado, incluida una moneda propia.
El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de un contingente mixto de Rusia, Moldavia y Transnistria. Esta última insiste en obtener independencia, pero Moldavia se la niega, ofreciendo a cambio una amplia autonomía.