"He tomado la decisión de no restaurar el 'whip' [miembro del partido que se dedica a asegurar la disciplina de partido] a Jeremy Corbyn; mantendré la situación bajo revisión", comunicó Starmer.
La medida es contraria a la línea adoptada por un panel disciplinario del partido, que la noche anterior retiró la suspensión de afiliación impuesta a Corbyn por su reacción a un crítico informe sobre antisemitismo en sus años de liderazgo.
Starmer indica en su nota que "extirpar el antisemitismo en el Partido Laborista" ha sido su "misión" desde que tomó las riendas en abril.
"Las acciones de Jeremy Corbyn en respuesta al informe del EHRC socavaron y obstaculizaron nuestro esfuerzo para recuperar la confianza y la fe en la habilidad del Partido Laborista para lidiar con el antisemitismo", alegó Starmer.
El líder de la oposición corre el riesgo de provocar una rebelión de las facciones socialistas en el Parlamento y el movimiento sindicalista o alentar, incluso, la escisión política que piden activistas radicales y corbynistas.
Pero la reinserción de Corbyn en las bancadas laboristas hubiera precipitado nuevas bajas de diputados de herencia judía y la presión de asociaciones judías.