La victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales estadounidenses aparentemente abre una nueva etapa en el escenario internacional. "La estrategia diplomática del presidente electo es diametralmente opuesta a la del presidente saliente Donald Trump, conocido por lanzar disparos poco diplomáticos a los líderes extranjeros a través de las redes sociales", dice una crónica publicada en la página web del servicio en español de France 24.
Está claro que la llegada de Biden traerá importantes cambios en la política exterior de Washington. Europa, Rusia, China e Irán serían los primeros en sentirlos. Pero por el otro lado no se debería esperar una reforma general cuando el veterano demócrata se posesione en enero. Numerosos expertos que examinan la agenda de política exterior del nuevo huésped de la Casa Blanca discrepan sobre cuáles serían sus primeros pasos en el escenario internacional. Sin embargo, casi todos coinciden en que nos espera una gran corrección de errores en la política exterior cometidos por Trump durante los últimos cuatro años.
Es evidente que la llegada de Biden suscita grandes esperanzas en algunas regiones del mundo, como también una gran preocupación. La Unión Europea, que acaba de atravesar cuatro años difíciles con Trump como principal aliado en el escenario internacional, no oculta que pretende ser el primer beneficiario del cambio del poder en Washington.
"Un reset para Europa, una esperanza para China: así recibe el mundo al nuevo presidente Biden", titula a una de sus crónicas el diario catalán La Vanguardia. El corresponsal de La Vanguardia en Bruselas, Jaume Masdeu, ofrece su visión.
Europa respira y aspira a recuperar a un socio estratégico. La pregunta clave ahora es hasta qué punto son acertadas estas esperanzas dados los numerosos desacuerdos abiertos entre Washigton y Bruselas sobre diferentes temas de competencia comercial.
Mientras muchos en Bruselas ven la victoria de Biden como una victoria también de la Unión Europea, Rusia contempla el resultado de las elecciones presidenciales en Estados Unidos con preocupación. Esto es lo que sostienen varios medios internacionales. Si analizamos el actual estado de las relaciones bilaterales no parecerá nada extraño.
Mientras la Unión Europea precisamente espera un reinicio de las relaciones estratégicas, Rusia parece que se da cuenta perfectamente de que con Biden va a ser imposible conseguir importantes avances en las relaciones bilaterales.
Según los medios internacionales, naturalmente, parte del argumento de Biden en su apoyo a la OTAN es el mensaje que este le enviará a Moscú. "Para contrarrestar la agresión rusa, debemos mantener agudas las capacidades de las alianzas militares mientras expandimos su capacidad para ocuparse de amenazas no tradicionales, como la corrupción armada, la desinformación y el ciber-robo", explicó Biden en Foreign Affairs.
El presidente electo de Estados Unidos también es partidario de "imponer consecuencias reales a Rusia por sus violaciones de las normas internacionales y respaldar a la sociedad civil rusa, que se ha levantado una y otra vez contra el sistema cleptocrático y autoritario del presidente Vladímir Putin".
Según Gonzalo Aragonés, corresponsal en Moscú del periódico catalán La Vanguardia, lo que más teme el Kremlin es que la llegada de Biden acelere la introducción de nuevas sanciones económicas contra Rusia.
"Vladímir Putin en total silencio tras el triunfo presidencial de Joe Biden. ¿Por qué?", titula la edición en español de la CNN.
A juzgar por la cobertura de la CNN nos espera una etapa muy movida en las relaciones bilaterales. Más aún, porque, según algunos de nuestros colegas, el presidente ruso, Vladímir Putin, no habrá olvidado numerosas declaraciones antirrusas de Biden durante la campaña electoral.
Un gobierno más previsible en Washington puede ser el único lado positivo del triunfo de Biden para Rusia, explica el corresponsal de la BBC en Moscú, Steven Rosenberg, en un comentario titulado "Rusia: entre las diferencias de Putin con Biden y la expectativa de un gobierno más previsible" publicado en la página web elobservador.com.
Si Biden realmente pretende imponer "consecuencias reales a Rusia" por lo que llama "violaciones de las normas internacionales", así como "respaldar a la sociedad civil rusa" debería calcular bien sus pasos y estar preparado para una adecuada respuesta de Moscú.