Al respecto, el director general para América del Norte, Roberto Velasco, indicó a la embajada de México que recordara a los representantes de Biden que no es posible la comunicación por un principio de no intervención, asentado en la Doctrina Carranza de 1918.
"Esta doctrina ha guiado la posición de México frente a procesos electorales de países extranjeros al establecer que: "Todas las naciones son iguales ante el derecho. En consecuencia, deben respetar mutua y escrupulosamente sus instituciones, sus leyes y su soberanía, sometiéndose estrictamente al principio universal de no intervención"", explicó para El Universal.
Velasco también destacó que el Gobierno de México respeta la voluntad popular estadounidense, al tiempo que puntualizó que su postura no representa una valoración sobre la validez de la elección estadounidense, sus resultados o los procesos que resulten de ella.
En un comunicado, Bárcena expresó que la decisión del Gobierno mexicano obedece a un seguimiento de sus "principios de política exterior consagrados en la Constitución, particularmente en el principio de no intervención". Asimismo, manifestó su respeto al sistema político estadounidense, a sus instituciones, a los partidos Demócrata y Republicano, así como al presidente Donald Trump y al virtual presidente electo, Joseph Biden.
El escrito concluye con la mención de que el presidente López Obrador confía en que la relación entre México y Estados Unidos seguirá siendo productiva, e igualmente manifiesta la disposición del Gobierno mexicano a trabajar de manera constructiva con Washington.
El 11 de noviembre, tras ser cuestionado por la conversación entre el equipo de Biden y la embajadora Bárcena, López Obrador aseguró que el equipo del virtual ganador de la presidencia estadounidense entendió la postura de su Gobierno, al tiempo que acuso a sus adversarios y algunos "diplomáticos improvisados" de no entender la política exterior mexicana.