"Hay codicia por los árboles gigantes de balsa, hacemos un llamado para que las autoridades nos ayuden a controlar y capturen a las personas que hacen daño a nuestra selva", dijo Nema Grefa, presidenta del Consejo de Gobierno de la Nacionalidad Sapara de Ecuador (Nase), en conferencia de prensa.
Según Grefa, los madereros sacan por los ríos los tablones de balsa hacia la carretera que va desde Puyo, capital de Pastaza, hacia la ciudad de Ambato, en el centro del país andino.
Tanto las empresas madereras como las petroleras y mineras tienen prohibido ingresar a dichos territorios sin contar con las autorizaciones correspondientes por parte de los presidentes de las comunidades.
Además, pidió que el Estado ecuatoriano desista de ofrecer servicios de salud y educación a las comunidades, a cambio de permitir el ingreso de empresas que se dedican a la extracción de recursos naturales.
Mientras tanto, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), Marlon Vargas, denunció supuestos intentos de crear división en territorios de la nacionalidad Sapara, por parte de empresas madereras.
Aseguró que las empresas balseras están tratando de comprar conciencias de presidentes comunitarios, incluso aseguró que ya hay divisiones en varias comunidades.
Vargas instó a los líderes comunitarios a aplicar estatutos propios de las organizaciones indígenas para defender los derechos colectivos.
En 2001, la Unesco declaró a la nacionalidad Sapara como patrimonio oral e inmaterial de la humanidad.