El torneo de clubes de fútbol más importante de Sudamérica regresa luego de seis meses de suspensión debido a la pandemia de COVID-19 y, fiel a la historia de la competición, lo hace envuelto en polémica. La decisión de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) de permitir al equipo argentino Boca Juniors viajar con futbolistas que dieron positivo en test PCR realizados hace menos de dos semanas.
Con la pandemia lejos de controlarse en varios países del continente, la Conmebol definió, al menos en principio, un riguroso protocolo destinado a poder reanudar el torneo —suspendido recién antes de la mitad de su fase de grupos— manteniendo la prohibición de espectadores en las tribunas y restringiendo la circulación de los futbolistas para evitar contagios.
Así, el organismo definió en julio de 2020 un Protocolo de operaciones para la reanudación de las competiciones de clubes de la Conmebol que establece que todos los futbolistas, entrenadores y miembros de las delegaciones "deberán realizarse obligatoriamente la prueba RT-PCR (hisopado)" y remitir sus resultados a la Conmebol.
Además de cumplir las medidas sanitarias de cada país, los futbolistas tuvieron que realizarse hisopados entre 48 y 24 horas antes del reinicio de los partidos. Luego de la primera tanda de partidos tras el regreso, los clubes deberán "cumplir estrictamente los protocolos sanitarios del país de salida y de destino en su caso".
La forma de desplazarse de las delegaciones fue uno de los mayores cambios introducidos por los dirigentes. Ahora, los equipos ya no se desplazarán en vuelos comerciales, sino que la propia Conmebol financiará la contratación de vuelos chárter directos al destino del partido. Además, las delegaciones que participan en la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana dispondrán de "áreas exclusivas de aduanas e inmigración" para evitar contacto con pasajeros comunes.
Mientras estén en el hotel, los futbolistas solo podrán salir a entrenar y disputar el partido, prohibiendo todo tipo de salidas recreativas de las delegaciones. Culminado el partido, las delegaciones tendrán un plazo de 24 horas para abandonar el país. Si requieren quedarse más tiempo, deberán solicitar autorización especial.
Dentro del campo
El nuevo protocolo también modifica lo que sucede tanto dentro del campo como en los estadios, que no podrán recibir público. Para empezar, el equipo local deberá encargarse de "la desinfección total de todas las áreas comunes del estadio, todos los vestuarios y otros lugares donde los profesionales realizarán actividades". En total, entre deportistas, técnicos y funcionarios vinculados con el partido no podrá haber más de 276 personas en los estadios.
Dentro de la cancha, los jugadores deberán olvidarse de la tradición de intercambiar camisetas o banderines. Quienes no están jugando deberán mantenerse en todo momento con mascarillas.
Para la reanudación de la competición, la Conmebol autorizó de forma excepcional que los equipos puedan realizar cinco cambios durante el partido y no los tres habituales. Con la idea de profundizar la rotación del plantel, las autoridades también habían ampliado de 30 a 40 la lista de buena fe —como se conoce a la lista de futbolistas habilitados para jugar brindada por cada club—. En la última semana ese límite fue ampliado una vez más, alcanzando los 50 futbolistas a disposición de los entrenadores.
La polémica por futbolistas infectados
Cuando todo parecía minuciosamente acordado entre las federaciones de los países, autoridades sanitarias y la Conmebol, una sorpresiva decisión desató el escándalo: Boca Juniors podrá viajar a Asunción del Paraguay con futbolistas cuyos PCR dieron positivo el 2 de septiembre pasado.
"Hay que hacer diferencia entre positivo y contagiante. Cuando tenemos un paciente ambulatorio, una persona con pocos síntomas o asintomático, la evidencia científica muestra que en diez días deja de ser contagioso, entonces hay un período extendido de 14 días para esa seguridad, siempre y cuando haya tres días finales sin síntomas", explicó el secretario de Estado en declaraciones recogidas por el diario paraguayo La Nación.
Para el club Libertad de Paraguay, rival de Boca el jueves 17 de septiembre, el Ministerio de Salud paraguayo está "permitiendo el ingreso, estancia sin aislamiento, participación en un encuentro deportivo y salida del país de personas infectadas con el virus SARS-Cov-2, vinculadas al Club Atlético Boca Juniors", según declaró en comunicado.
El equipo asunceño expresó su "total indignación, repudio y absoluta preocupación" por las posturas del Gobierno paraguayo y la Conbmebol, a quienes el club acusó de ignorar sus propios protocolos. Además, advirtió que la situación pone en riesgo "a las personas que tomarán contacto" con la delegación argentina y a los propios futbolista de Libertad. Finalmente, el club paraguayo adelanta que, si bien jugará el partido, tomará "las acciones jurídicas pertinentes".