Trump ha confirmado que tiene la intención de frenar la relación económica con China y de castigar a cualquier empresa estadounidense que cree empleos en el extranjero. Lo hará prohibiendo a quienes hacen negocios en China obtener contratos federales.
"Fabricaremos nuestros suministros críticos en Estados Unidos, crearemos créditos fiscales 'hechos en EEUU', traeremos de vuelta nuestros puestos trabajo a EEUU e impondremos aranceles a las empresas que abandonan nuestro país para crear empleos en China y en otros países", declaró Trump en una conferencia de prensa en la Casa Blanca.
Todo esto forma parte del plan del presidente para desvincular la economía estadounidense de China. Ha prometido dejar de depender de China por la ausencia de confianza hacia el país asiático.
También señaló que el dinero que Pekín obtiene del comercio con EEUU lo destina al desarrollo militar: "Toman nuestro dinero y lo gastan en la construcción de aviones, barcos, cohetes y misiles".
El mandatario no dijo cuándo implementaría las políticas, pero situó las medidas en el marco de la agenda para su segundo mandato.
"Si Biden gana China gana, porque China será dueña de este país", concluyó Trump quien sigue usando su política hacia China como argumento contra su rival demócrata, Joe Biden.