Azoulay llegó a Beirut en una visita oficial el 26 de agosto.
"El presidente señaló que la explosión perjudicó todas las industrias, además del propio puerto beirutí, (...) el 40% de la infraestructura de Beirut se vio afectada, 640 bienes del Patrimonio cultural o de valor histórico sufrieron daños", indica el documento.
Según Aoun, "fueron completamente destruidos 200.000 edificios residenciales, 300.000 libaneses se han convertido en desplazados, además de los refugiados sirios y palestinos".
En relación con los daños causados al sector de la educación, el dirigente libanés informó a la jefa de la Unesco que 120 escuelas quedaron en ruinas, al igual que 8 edificios universitarios y 20 edificios pertenecientes al sector de la educación general.
Los daños causados a los locales del sistema educativo libanés afectarán a 63.000 estudiantes y más de 6.000 profesores y empleados.
El 4 de agosto, una poderosa explosión golpeó el puerto de Beirut matando a más de 170 personas e hiriendo a más de 5.000.
Según las autoridades, la explosión estuvo relacionada con 2.750 toneladas de nitrato de amonio confiscado por los servicios de aduanas en 2014 y almacenado en el puerto.