Cuando Salvador Villalobos González, estudiante cubano de Doctorado en Ciencias Jurídicas en la RUDN, se enteró que tenía el COVID-19 le invadió una terrible sensación de miedo y agrega "sentía que me despedía del mundo".
"El apoyo emocional es vital para superar la enfermedad y yo lo tuve en todo momento", cuenta a Sputnik Salvador, a quien no le faltó el soporte de su comunidad cubana ni el aliento de sus hermanos latinoamericanos y de otros continentes.
"Desde instituciones importantes de mi isla amada me hicieron llegar su solidaridad y calor humano, la embajada también me apoyó. Creo que fue muy efectivo el recibir tanto afecto, estoy en deuda total con todos mis profesores de la universidad, con mis compañeros, con mi iglesia, pues todos me ayudaron a salir de esto", cuenta aliviado ahora el cubano.
"La cuarentena la pasé en la residencia estudiantil, donde los trabajadores nos atendieron a todos, como niños pequeños de su familia, nos cuidaron de verdad y de corazón, higienizaban todo, son gente muy solidaria", agrega entusiasmado.
¿Cuánto pagaron para curarse del COVID-19?
"Debo decir que todo el tratamiento médico, las medicinas, las visitas de los médicos y también los alimentos fueron sin costo, gratis. No pagué nada y no conozco a nadie que haya pagado por el tratamiento. Las cinco pruebas clínicas para detectar el virus también fueron sin costo", afirma el doctorando.
A la pregunta de si considera que en otro país habría sido curado y tratado de la misma manera, Salvador responde: "No puedo asegurar que en otro país lo hubieran hecho igual, pero superior es imposible, no hay palabras para agradecer las atenciones a la Universidad RUDN, al sistema de medicina ruso, la rapidez en las actuaciones y atenciones desmedidas y preocupaciones".
A esta misma pregunta, otros estudiantes que evitaron dar sus nombres, pues en muchos casos no contaron a sus familias por lo que pasaron para evitarles sufrimiento, indican que no pagaron un céntimo.
La familia y los remedios de la abuela
Yo evité de todas formas que se supiera mucho, por mi familia, para evitar mayor estrés, mis hijos, mi esposa, mis viejos, hermanos, y demás familiares que están en Cuba, cuenta Salvador y le preocupa que la gente no tome en serio algunas medidas. "Quiero que mi experiencia y el sufrimiento que pasé sirva a otros para evitar la difusión de la enfermedad", concluye.
"Mientras unos usen la máscara y otros no, mientras unos tomen cuidados de distancia y limpieza y otros no, el COVID-19 seguirá por ahí esperando nuevas víctimas”, afirma Salvador.
Asintomático, en aislamiento, con cuidados especiales
El estudiante peruano Javier Alessandro Blancas Gallegos quien desarrolló la enfermedad de forma asintomática, cuenta que "nunca se le pasó por la mente que podría contagiarse" y que se asustó mucho y que "el estar lejos de la familia en esta situación es un poco estresante".
Se hizo cuatro pruebas de COVID-19 y agrega: "No pagué absolutamente nada por las pruebas de laboratorio ni por el cuidado médico, o mi alimentación. El seguro de la universidad se encargó de todo y la universidad nos abasteció de comida todo el tiempo que estuvimos aislados".
"Valoro mucho la atención y preocupación por sus alumnos que tuvo mi universidad durante el estado de cuarentena, ya que, cuando aparecieron los primeros casos de COVID-19, para evitar que se extendiera por todas las residencias estudiantiles del campus, aislaron los pisos o edificios donde habían estado expuestos los alumnos y a quienes dieron positivo los trasladaron a otro edificio, que fue empleado para zona de cuarentena", cuenta Alessandro.
Serenata a los enfermos el 9 mayo
Lucía Aramayo, presidenta de los estudiantes bolivianos en RUDN expresa que se siente muy agradecida con la universidad, en especial porque se tomaron medidas para no interrumpir la formación de los profesionales. "Hubo dificultades, aprendimos juntos, estudiantes y profesores, incluso a pesar del peso psicológico que traía la pandemia", indica.
"Fue necesario aplicar estas medidas estrictas pues de otro modo habría muchos enfermos. Incluso se dio el caso de seis expulsiones a estudiantes de otros continentes por incumplimiento de las medidas sanitarias. Las brigadas de voluntarios fueron vitales en apoyar a los enfermos aislados en dos bloques de la residencia, pues realizaban las compras para sus compañeros" recuerda la boliviana.
Nos dotaron de productos de limpieza, barbijo, guantes, de manera gratuita, entonces no había excusa para no hacer uso de esos implementos y tenemos un seguro médico en la universidad bastante bueno, lo que permitió que todo el tratamiento para los enfermos sea sin costos adicionales, afirma la estudiante.
Así como otros estudiantes, Lucía Aramayo no escatima palabras de agradecimiento, hacia todo el personal de la RUDN, "en especial al personal de seguridad de los bloques, a los encargados, que visitaban y nos recomendaban medidas de bioseguridad".
Otro detalle no menor, en palabras de la dirigente boliviana, es que la universidad tomó los recaudos para evitar problemas a los estudiantes con visas caducadas, que habían concluido estudios y debían retornar a sus países. Para ello se habilitaron procedimientos expeditos para prolongarlas, luego de que el Gobierno ruso extendiera hasta el 15 de septiembre de 2020 dichas visas.
"Queremos que nuestros seres queridos no se preocupen por nosotros, pues estamos bien cuidados. Sabemos que la situación en Latinoamérica y el Caribe, por la pandemia es aún crítica y por eso les pedimos que se cuiden mucho", concluye Lucía.
La universidad desplegó varios mecanismos de apoyo
María Lorena Estupiñán Lince de nacionalidad ecuatoriana, actual secretaria de Educación en la Federación de estudiantes Latinoamericanos y del Caribe nos cuenta que la universidad RUDN desarrolló varias acciones de apoyo para los estudiantes durante la cuarentena por la pandemia del COVID-19.
La desinfección periódica de las residencias y edificios universitarios es y fue vital para frenar y aminorar la difusión de la enfermedad. Asimismo, se procedió al aislamiento de los estudiantes contagiados, se hizo entrega del tratamiento gratuito y se realizó el control de la evolución de la enfermedad por parte de personal médico especializado, nos relata la secretaria de Educación de la Federación de Estudiantes de RUDN.
Algo que hay que relevar, dice Lorena Estupiñán, es la entrega de una ración diaria de alimentos gratuita, para los estudiantes en aislamiento y positivos de COVID-19. Asimismo, la universidad no ha dejado de lado el apoyo psicológico para los estudiantes pues esta pandemia ha afectado mucho anímicamente.
"La universidad ha procedido a la entrega de ayudas económicas para los estudiantes becados que solicitaron la ayuda. Por su parte, los estudiantes también desempeñaron, y aún lo hacen, un rol importante en la vigilancia, pues se ha creado un equipo de estudiantes voluntarios para vigilar el cumplimiento de la cuarentena, la situación de los estudiantes en las residencias universitarias, así como vigilancia en las calles colindantes a la universidad", corrobora Lorena.
El dolor por los seres queridos que fallecieron
"Yo perdí hace dos meses a mi madre a causa del COVID-19 en Ecuador, me habría gustado abrazarla estar con ella y cuidarla, pero no se pudo, pues estoy aquí en Moscú, y así como yo, muchos han perdido a familiares. Esta pandemia nos ha unido, la fe desempeña un rol importante para superar esta situación. El sueño de nuestros seres que nos dejaron es vernos tener logros y éxitos y por eso debemos prepararnos mejor", con dolor y esperanza afirma Lorena Estupiñán.
"Es importante en estos momentos mantenerse siempre positivos, evitar ser manipulados por algunas noticias o redes sociales que nos mantienen en un estado de ansiedad" y subraya que eso no significa evadir la realidad, pero hay que cuidar la salud mental.
"Que nada detenga tus sueños", dice Lorena, a quien Sputnik le expresó su solidaridad por la pérdida de su ser amado y lo mismo a todos aquellos quienes lejos de casa, buscan nuevos horizontes en esta tierra rusa, que ahora los acoge con cariño y hace esfuerzos para mantenerlos saludables.