La pandemia de gripe española de 1918 es conocida como uno de los antecedentes más claros de los efectos de una enfermedad que paraliza a todo un planeta, tal como sucedió 102 años después con el COVID-19. Y, al igual que ahora, aquella pandemia esconde hitos que marcaron la historia de forma inesperada.
Es, por ejemplo, lo que ocurrió con el voto femenino en Estados Unidos, donde las mujeres lograron conquistar su derecho al sufragio luego de un arduo proceso que comenzó poco auspicioso pero cambió súbitamente luego de la Primera Guerra Mundial y la pandemia de gripe española.
Fueron estos grupos sufragistas los que, culminada la Primera Guerra Mundial, acudieron al presidente estadounidense Woodrow Wilson para convencerlo de que propusiera ante el Senado una enmienda constitucional que habilitara el voto femenino, en reconocimiento al esfuerzo y patriotismo demostrado por las mujeres durante la guerra, tanto en el área de la salud como ocupando los puestos laborales que los hombres habían dejado para ir al frente de batalla.
Un reciente artículo del New York Times recuerda que Wilson, convencido por los argumentos de las sufragistas pero también presionado porque doce estados del país ya habían accedido al voto femenino, pidió al Senado que aceptara la enmienda.
El Senado, de mayoría demócrata, se mostró reticente. Según explicó al diario la periodista Elain Weiss —autora del libro La hora de la mujer: La gran lucha para ganar el voto— los senadores acabaron rechazando la enmienda, impulsados por el temor de que las mujeres negras ganaran el voto y, especialmente las del sur, se volcaran por el Partido Republicano en honor a su exlíder Abraham Lincoln.
Quiso el destino que, igual que con la Primera Guerra Mundial, el caos que significó la pandemia de gripe española demostró una vez más la valía de las mujeres estadounidenses. La multiplicación de los enfermos y la afectación de muchas trabajadoras de la salud hizo que las mujeres enfermeras negras pasaran al primer plano y se convirtieran en una pieza clave del sistema de salud estadounidense durante la pandemia.
Bajo este panorama, pasada la pandemia quedaban pocos estadounidenses que no habían comprendido el rol clave de las mujeres en la vida del país. Finalmente, los parlamentarios cambiaron su posición y en 1920 se aprobó la enmienda que habilitó a las mujeres a votar.
Aquella enmienda, sin embargo, solo dio el voto a las mujeres blancas. Las negras debieron esperar a 1965, cuando una ley prohibió negarle el voto a un ciudadano estadounidense por cuestiones de raza.