"Causan preocupación los intentos de algunos potenciales donantes extranjeros de politizar el tema de la concesión de ayuda financiera al Líbano en interés de la realización de su propia agenda geopolítica", dijo Zajárova en una rueda de prensa.
Destacó que Moscú considera que la situación en el Líbano es un asunto interno del país.
"Llamamos a que todos los temas agudos de la agenda política interna sean solucionados por los propios libaneses, en el marco legal, a través del diálogo", dijo.
Destacó que para los políticos libaneses es necesario unirse y "emprender pasos conjuntos para disminuir la escalada de tensión y renunciar a la violencia, así como para impedir que la situación se convierta en un caos", dijo Zajárova.
Al menos 171 personas murieron, más de 6.000 resultaron heridas y alrededor de 300.000 se quedaron sin techo después de que 2.750 toneladas de nitrato de amonio, almacenadas de forma inadecuada desde 2014 en el puerto de Beirut, detonaran el 4 de agosto.
La explosión desató una nueva espiral de violentas protestas antigubernamentales en la capital libanesa y provocó la dimisión del Gobierno.