Antes de dimitir, el Gobierno del Líbano había aprobado una serie de medidas para ayudar a los afectados por la explosión, entre ellas, proporcionar viviendas temporales a los necesitados y ayudar a reconstruir las casas dañadas y destruidas. Pero debido a un gran número de problemas internos, la aplicación de las medidas está yendo increíblemente lento.
Muchas personas en Beirut se vieron obligadas a quedarse temporalmente en las casas de sus parientes en otras ciudades del Líbano. Nadin Nader, residente del centro de Beirut, contó a Sputnik qué pasó con su casa.
"Después de la explosión, no quedó prácticamente nada de nuestra casa. Pero al menos damos gracias a Dios porque nosotros y los niños estamos vivos", dijo a la agencia.
Nadin Nader no estaba en casa cuando se produjo la explosión y la vio desde su auto.
"Como todo el mundo, no entendíamos lo que estaba pasando, pensábamos que era un bombardeo. Corrimos directo a casa, estaba muy dañada. Vimos que nuestra trabajadora del hogar estaba apretada con un vidrio, murió por la pérdida de sangre. Pero los niños, gracias a Dios, estaban casi ilesos. Ella los cubrió con su cuerpo", compartió Nadin.
Según Nadin, su familia no ha recibido ninguna ayuda del Estado.
Por su parte, el alcalde de Beirut, Jamal Itani, explicó que la municipalidad de la capital libanesa está contando las casas que aún es posible restaurar, para no perder tiempo en edificios que no se van a restaurar. Según él, la municipalidad también ha asignado lugares para las víctimas, pero pocas personas piden ayuda.
"Estamos listos para ayudar a todos los que quedaron sin techo después del desastre. La ciudad tiene varios edificios nuevos, que estamos listos para usar como viviendas temporales para las víctimas. Además, varios municipios cercanos a Beirut han hecho una propuesta similar. Así que las víctimas tienen un lugar donde ir. Sin embargo, muy pocas personas acuden al municipio en busca de ayuda: muchos tienen miedo de abandonar incluso las casas destruidas por temor a los saqueadores", dijo.
Un residente del distrito central de Beirut Simon Ashkar comentó en declaraciones a Sputnik que nadie había venido a examinar su casa.
"No tengo otra casa, y ahora no tengo esta. La explosión dañó las paredes, derribó todas las ventanas. Yo mismo sobreviví por un milagro: el vidrio se derrumbó justo sobre mí. Pero, gracias a Dios, estoy vivo, los niños me llevaron a su casa. Pero es imposible mirar lo que queda de mi casa sin dolor. Y no estoy seguro de que el Estado proporcione al menos alguna ayuda: nadie vino a registrar los daños. Pero no estamos acostumbrados a confiar en nuestros funcionarios: solo exigen que paguemos impuestos, pero no ayudan a cambio cuando es necesario", dijo.
El Ejército libanés, mientras tanto, anunció que patrulla constantemente las zonas afectadas para evitar el vandalismo y el saqueo.