En declaraciones a Sputnik, la responsable del programa Acceso Más Seguro para servicios públicos esenciales del CCIR, Lívia Schunk, destacó que hay dos objetivos principales: "La primera vertiente está dirigida a los profesionales, con listas de WhatsApp y links en que mandamos mensajes estratégicos de autocuidado y de cuidado en el área de salud mental, lo que llamamos gestión de estrés".
La especialista reconoce que médicos, enfermeras y otros trabajadores que atienden a pacientes de COVID-19 han recibido el reconocimiento de la sociedad, pero también ha habido muchos relatos de estigmatización e incluso de agresión física y verbal: "Esos incidentes ocurren, y son relatados con una frecuencia considerable", lamenta.
En Brasil, la tensión viene agravada por la politización de la pandemia, en parte por el discurso del presidente Jair Bolsonaro, que desde el principio cuestionó la gravedad de la enfermedad y se mostró contrario a las medidas de aislamiento social para frenar la expansión del virus.
En Manaos (estado de Amazonas, norte) investigadores también fueron agredidos por seguidores del presidente después de divulgar un estudio que negaba la eficacia de la cloroquina para enfermos de COVID-19.
Preguntada por estos y otros incidentes, la representante del CCIR remarcó que la entidad no se involucra en la esfera política y que es "neutra, imparcial e independiente".
Según datos del Ministerio de Salud, publicados el 6 de agosto, un total de 232.992 profesionales de la salud fueron diagnosticados con el nuevo coronavirus.
De este total, 196 fallecieron oficialmente por COVID-19, aunque hay otras muertes que están siendo investigadas y la cifra podría ser mucho mayor.
Según el Consejo Federal de Enfermería de Brasil, habría 32.279 contagiados y 334 fallecidos tan sólo entre el personal de esta categoría.