"Firmado por Estados Unidos, que es una fuerza de ocupación ubicada ilegalmente en Siria, el acuerdo no es vinculante y constituye otra acción [de Washington] destinada a saquear los recursos naturales de Siria", declaró el portavoz de la Cancillería, Abás Musaví.
El portavoz condenó el acuerdo y agregó que viola el derecho internacional y la integridad territorial de Siria.
A finales de julio, el senador estadounidense Lindsey Graham, citando al comandante de la alianza kurda Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), Mazlum Kobani, comunicó que los kurdos sirios y una compañía estadounidense cerraron un acuerdo que prevé la modernización de los yacimientos petrolíferos en el noreste de Siria.
El secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, confirmó la existencia de tal acuerdo durante una reunión del Comité de Relaciones Internacionales del Senado.
El Ministerio de Exteriores de Siria declaró que el acuerdo firmado "entre los ladrones que roban y los ladrones que venden" amenaza la soberanía del país y no tiene fuerza jurídica.