Las tomas fueron halladas en el poblado Los Puentes, cerca del poliducto Tuxpan–Azcapotzalco, donde se encontraron mangueras de alta presión de 1.500 metros que terminaban en un campamento habilitado para el presunto robo de hidrocarburo.
A unos 5 kilómetros de ese sitio, habitantes de las comunidades aledañas a la laguna de Hueyapan que abastece de agua a al menos 10 mil personas denunciaron que el agua del lugar ha sido contaminada por combustible que se fuga durante el robo de gasolina.
La laguna se ubica en medio de las comunidades de Santa María Nativitas, San Juan Hueyapan y Guadalupe Victoria, cuyos habitantes comprobaron que el agua de ese sitio estaba contaminada por el combustible sustraído de los ductos que atraviesan la zona.
En noviembre de 2018 los propios habitantes bloquearon el paso del agua de la laguna a sus casas para evitar enfermarse. Varios lugareños empezaron a perder cabello, manifestar irritación y problemas gastrointestinales tras beber el agua proveniente de la laguna.
Entre tanto, dos de las comunidades han seguido abasteciéndose de agua mediante pipas que son cargadas con agua proveniente de uno de los manantiales de la misma laguna, la cual se cree también ha sido contaminada por el combustible robado de los ductos en esa zona.
En una rueda de prensa que se celebró a finales de junio el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval, reconoció que pese al despliegue de las Fuerzas Armadas, en el estado de Hidalgo persiste el robo de combustibles.