"Hemos protestado junto a nuestras novias para hacer frente a las injusticias que sufrió nuestro sector", escribió la AIRB.
El objetivo del flashmob, que se celebró bajo el eslogan "Devuélvannos la libertad de festejar", consiste en solicitar la ayuda del Gobierno para las empresas que organizan las bodas y las fiestas nupciales.
De momento, los italianos se pueden casar, pero se mantiene la prohibición de celebrar fiestas de boda, introducida el pasado marzo para frenar la propagación del COVID-19.
Según los datos de la AIRB, el 90% de las ceremonias fueron aplazadas para 2021, con lo cual los 500.000 empleados del sector corren el riesgo de perder el trabajo.
El presidente de la AIRB Luciano Paulillo explicó al diario Il Messaggero que las empresas del sector necesitan subvenciones estatales para evitar la bancarrota.