Lo más sorprendente de todo esto es que el Gobierno venezolano había pedido que el oro fuese entregado al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas para poder comprar medicinas y alimentos que pudieran ayudar a paliar la situación provocada por el COVID-19.
A los países asediados no les queda otro camino que emprender estrategias novedosas para sobreponerse a los ataques.
Ejemplo de ellos son China y Rusia, quienes en conjunto modelan una nueva infraestructura financiera, geopolítica y militar que busca acabar con los mecanismos de presión y chantaje que Washington impone al resto del mundo.
Si existe algo positivo en los embargos y sanciones, es que obligan a las naciones a mirarse hacia adentro para buscar salidas a los abismos a los que les empuja el imperialismo estadounidense.
Soluciones extraordinarias
El martes 9 de junio, cuatro prototipos de respiradores mecánicos digitales fueron presentados por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, la Corporación Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM) y la empresa privada nacional, como un esfuerzo conjunto ante los obstáculos impuestos por Washington para que empresas extranjeras puedan comerciar libremente con Venezuela, insumos y equipamiento médico.
Eloy Sira, presidente del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, relató a Sputnik que desde el primer momento que fue decretada la cuarentena en el país, el Consejo Científico Tecnológico del Estado Miranda y el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología de Venezuela se dieron a la tarea de comenzar a trabajar en la construcción de un prototipo de respirador que permitiera ayudar a los pacientes con problemas pulmonares causados por el COVID-19.
"Hasta el presente hemos logrado fabricar tres prototipos de respiradores. El primero de los prototipos, desarrollado conjuntamente con la empresa privada, consiste en un mecanismo mecánico que comprime el AMBU (airway mask bag unit) mediante un motor de parabrisas de vehículos, con controles analógicos de los parámetros de interés para el personal médico de atención de pacientes".
El segundo prototipo, explica, utiliza el mecanismo de compresión del AMBU mediante un motor de paso y un software de control de los parámetros esenciales. Y el tercero, una electroválvula, sensores de control y una pantalla gráfica donde "el personal médico tratante puede adecuar el aparato a los requerimientos específicos de cada paciente". Estos tres respiradores permiten atender a pacientes con dificultades respiratorias de manera no invasiva, señala Sira.
La general mayor Gloria Mercedes Castillo de Durán, viceministra de Planificación de Desarrollo de Ministerio de la Defensa de Venezuela, nos otorga más detalles sobre este logro cívico-militar, en el cual participaron científicos e ingenieros adscritos a la principal compañía de industrias militares del país, CAVIM.
El respirador automático de emergencia, relata, sustituye a la persona que necesita ir realizando las compresiones del dispositivo.
"Este equipo es un ventilador médico de bajo coste pensado como alternativa para atender emergencias relacionadas con dificultades respiratorias ante un evento de escasez de ventiladores normalizados disponibles —como en el caso del COVID-19—, permitiendo salvaguardar vidas humanas", señala Castillo de Durán.
La oficial venezolana explica que los prototipos toman "lo mejor de los dos sistemas de respiración médica". En primer lugar, la ventilación es automatizada. además el dispositivo es de fácil traslado y práctico, lo que permite usarlo en condiciones bajo las cuales un ventilador pesado y más sofisticado es difícil de manejar, apunta.
Para Castillo de Durán, lo que demuestran estas iniciativas es que Venezuela cuenta con una fuerza armada "profesional, científica y competitiva", con una visión antiimperialista y que aporta al desarrollo integral de la nación.
Explica que, de cara al bloqueo impuesto por Estados Unidos contra el país suramericano, la Fuerza Armada en su conjunto, incluida la Universidad Militar Bolivariana, ha visto la necesidad de potenciar una industria militar que en los actuales momentos posee "16 sectores industriales altamente tecnificados para satisfacer las demandas logísticas propias y del pueblo, con niveles eficientes de producción de bienes de consumo y de servicios de calidad; tecnificados y por supuesto sustentados en la investigación y desarrollo".
Sin embargo, a pesar del gran esfuerzo desplegado, las fuerzas que antagonizan contra el proyecto bolivariano niegan los logros.
Un asunto cultural
Algunos intelectuales venezolanos —entre ellos, Luis Britto García— consideran que desde la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX una camada de intelectuales propagó ideas en relación a la supuesta incapacidad de los venezolanos para la creación. Los acusaban entre otras cosas de "falta de inteligencia y flojera". Dicha cosmovisión, que influyó en la división social del trabajo y del propio ordenamiento del sistema mundo, puso a Venezuela como productor de materia prima y consumidor de los productos ya terminados por los centros industriales del mundo.
Para Eloy Sira, estos prejuicios fueron acrecentados por la dependencia del modelo económico a su principal fuente de sustento, los hidrocarburos:
No se trata, señala, de la incapacidad de los venezolanos o de su poca disposición al trabajo. "Nuestros profesionales son de los mejores del mundo y eso lo soporta el hecho de que los países vecinos al nuestro y otros del llamado primer mundo se han llevado mucho de nuestro talento científico-tecnológico a sus universidades, centros de investigación y empresas".
"Sócrates dijo que somos ciudadanos del mundo capaces de desarrollar nuestras capacidades como seres humanos y aportar conocimientos desde cualquier lugar del planeta", puntualiza.
No obstante, a pesar de este cuadro de extrema dependencia a una economía de puertos que alentaba la importación y no la producción, Sira rescata una característica de los venezolanos que a su juicio siempre sale a resaltar en las situaciones más críticas:
"El venezolano es curioso por naturaleza, pero además lo caracteriza un gran sentido del humor, aun en las situaciones más críticas. Esto lo convierte en un ser creativo capaz de resolver problemas de gran complejidad de manera ingeniosa".
El propio presidente Nicolás Maduro, en un acto en el palacio de Miraflores, alabó la iniciativa alcanzada por los tecnólogos civiles y militares venezolanos y pidió "seguir desarrollando la ciencia al máximo nivel".
"A partir del coronavirus hay un crecimiento en la capacidad de creación e innovación del pueblo de Venezuela. ¡Seguimos en batalla!", expresó el jefe de Estado venezolano.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK